Qué hacer para que los niños no se conviertan en los «jefes» de casa

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Infancia
Maria Dolors Mas
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La inmensa mayoría de los padres dan demasiadas, quizás excesivas, alternativas a sus hijos. Así, traspasan sus decisiones a los niños, quienes, posiblemente, lo acabarán queriendo todo y ello se deberá a que el padre o la madre o ambos le han dado el poder para hacerlo y, por tanto, el niño acaba convertido en “el jefe” de casa.

Pongamos un ejemplo, si a un niño se le dice, delante de una juguetería, «¿qué juguete prefieres?» seguramente se perderá entre la montaña de alternativas: tecnología, coches, juegos de todo tipo, etc.

En esta situación le estamos dando el poder de decidir cuando, quizás, aún no tiene edad suficiente – antes de los 8 o 9 años –. Le costará decidirse y la historia posiblemente acabe mal: con los padres cansados y comprando lo que ellos quieren, pero el niño no o con una rabieta tremenda por parte del niño.

En este caso, sería más recomendable decirle al niño «¿qué prefieres un juego o un coche?» Con esta pregunta más concreta ayudamos al niño a fijar la atención y, de paso, a tolerar la frustración que conlleva no poder comprar aquel artículo de tecnología que tanto le apetecía, dado que sus opciones están más acotadas.

Pero, empecemos por el principio.

niños jefes de casa

¿Qué estilo educativo es el mejor?

Llegan muchos padres a la consulta preguntando «¿qué debo hacer para que mi hijo no tenga rabietas?» No saben si deben aplicar un estilo permisivo, uno rígido, etc. Lo adecuado es que no se utilice ninguno de ellos. La exigencia positiva es el mejor estilo educativo. Y ¿cuál es la razón?

  • La exigencia positiva considera que los padres deben arropar a sus hijos tanto con palabras como con gestos de ánimo, elogio y afecto tanto por hacer algo bien como – importante – por intentar hacerla bien. Así, no se trata de que el niño apruebe inglés sino que, realmente, lo haya intentado.
  • Los padres deben exigir, dentro de un cierto orden, que sus hijos cumplan las normas, teniendo en cuenta su edad, y sin excusas. Por ejemplo, si ponemos tareas sencillas de casa al niño, no vale autoponernos excusas «pobrecito, está cansado«, «que tenga un ratito para ver la tv», «mejor, otro día» para que no lo haga.
  • Los padres deben ser tolerantes ante la capacidad de sus hijos para afrontar situaciones nuevas y, por tanto, de la posibilidad de fracaso en su primera vez. Por ejemplo, si tenemos un niño en edad de ir sólo al cole, deberíamos dejarle y siendo tolerantes ante la posibilidad de que, a la vuelta, nos diga que ha sentido miedo o vergüenza.
  • Los padres deben corregir, sin atacar, al niño, siendo conscientes que la primera vez que haga algo, es posible que lo haga mal. Pongamos un ejemplo sencillo, le pedimos al niño que lleve nuestros cinco platos a la mesa, es posible que no pueda y se le caiga alguno y lo rompa, no pasa nada, hay que explicarle cómo hacerlo mejor la próxima vez, con calma y de forma asertiva.

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¿Cómo se educa en la exigencia positiva?

Los padres deben felicitar a sus hijos por buena conducta o actitud

Este reconocimiento puede realizarse mediante una felicitación, un abrazo o palabras o gestos de ánimo. También hay que felicitar los intentos por realizar alguna conducta e ignorad los fallos sin importancia porque así el niño estará más relajado y con más ganas de aprender.

Las normas deben ser claras, realistas y coherentes

Cuando sepas qué quieres pedir al niño, es decir, cuál es la norma que vas a imponer, es necesario razonarlo con él. También es importante el momento porque si hoy se ha producido un hecho que me indica que debo poner una nueva norma y tardo tres semanas en hacerlo, el niño no sabrá porqué sucede.

La mejor manera de explicarlo es con voz calmada y frases breves y claras, mirando a los ojos al niño. Así mismo, si tienes que poner recordatorios para el cumplimiento de la norma, por ejemplo, lavarse los dientes, piensa que cuánto más pequeño sea el niño, más veces lo deberás repetir y vigilar que se cumpla.

niños jefes de casa

Los niños deben tener y mantener una rutina

Es necesaria una rutina clara – cada día, ocurren más o menos las mismas cosas – para que el niño no se sienta inseguro ni quiera imponerse, con lo cual empeoraría su conducta. En este sentido, es fundamental garantizar la pauta de sueño y alimentación para conseguir una mayor estabilidad.

Los padres deben dar ordenes a sus hijos de forma asertiva y empática

Imagina que quieres que tu hijo se ponga el pijama, no le grites desde el otro lado de la casa porque quizás está jugando o distraído.

Para enseñar a obedecer lo mejor es acercarse al niño, mirarle a los ojos, dar una orden con frases breves y claras y dejar que la cumpla – ponte el pijama – y luego la siguiente – lávate los dientes – hasta completarla. Cuando ya esté en la cama, felicítale siempre por lo bien que lo ha hecho.

Los padres deben hablar y escuchar a sus hijos de forma positiva, asertiva y empática

Si hablamos en segunda persona, «es que tú no me haces caso cuando te digo algo», es fácil que tu hijo lo perciba como una crítica y, por tanto, se ponga a la defensiva. Si es un adolescente, lo más posible es que todo acabe con una discusión.

Pero si hablamos en primera persona – tanto del singular como del plural – podemos expresar nuestro malestar sin que tu hijo se sienta, a su vez, mal, culpable o frustrado. Así, diríamos «me gusta cuando te hablo y me miras» o «parece que últimamente no nos hacemos caso».

También, muy importante, es que nunca se deben poner etiquetas.

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Sobre Maria Dolors Mas

Nº Col 17222

"Aprender a hablar de lo que nos duele, también es sanar"

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