Hoy se quitarán la vida 10 personas en España y, aunque esta cifra no pueda parecer alarmante, lo cierto es que cada 40 segundos y, sí, han leído bien, cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo. De hecho, el suicidio es la primera causa de muerte en mujeres entre 30 y 34 años en nuestro país. Para añadir más cifras desoladoras, 3429 personas se quitaron la vida voluntariamente en el año 2009. Sin embargo, las cuentas no le salen a la Sociedad Española de Psiquiatría Legal, según la cual la tasa de suicidios es de 10’5 por cada 100.000 habitantes, o sea, 4500 muertes anuales. En cualquier caso, el suicidio ha aumentado como causa de muerte un 60% en el último medio siglo y, aunque algunos lo atribuyen a la crisis económica lo cierto es que no hace tantos años que estamos en crisis.
Cuando alguien se quita la vida, el silencio lo llena todo. Eso a pesar de que son pocos los que se libran de haber conocido algún caso: un amigo, un familiar, un vecino, el padre de un amigo… Y también a pesar de que el suicidio es la principal causa de muerte violenta en el mundo por encima de homicidios, guerras y accidentes de tráfico, en contra de lo que pueda parecer. Sin embargo, el suicidio continúa siendo un tema tabú y, sobre todo, los familiares de los suicidas, grandes olvidados por la sociedad.
¿Por qué se suicidan?
Si algo se ceba con los suicidas es la enfermedad mental. En el 90-95% de los casos existe algún tipo de trastorno psiquiátrico, la mayor parte de las veces, una depresión. Las personas afectadas de un trastorno bipolar presentan un riesgo 15 veces superior, con esquizofrenia su riesgo es 9 veces superior, con trastorno límite de personalidad presentan un riesgo entre 4-8 veces superior al de la población no clínica. De ahí la importancia de la atención y detección temprana, donde los familiares tienen un especial papel.
El otro 5% lo hace debido a un factor existencial de modo que ve en el suicidio la única salida a sus problemas.Pero, existen otros factores de riesgo como; antecedentes familiares, enfermedad crónica que cursa con dolor o con limitaciones importantes, conductas adictivas, acontecimientos vitales que suponen pérdidas afectivas, sentirse sólo o haber tenido anteriormente pensamientos tanatolíticos.
Nadie que es feliz se suicida. Quien se suicida, tiene un profundo dolor físico o moral, que encuentra insoportable y al cual no ve salida. Aún así, hemos de dejar claro que el suicidio no es una decisión racional puesto que, para serlo, debería encontrarse la persona en un equilibrio emocional que le permitiera tomar sus decisiones libremente. Pero la persona que decide suicidarse no es libre, porque no está equilibrado y todo ello hace que no pueda sentir una culpa anticipada por dejar a su familia, a sus amigos, a la gente que le quiere. Entonces, esa culpa se desplaza hacia la familia quien, después del suicidio, siempre piensa que podría haber hecho más para evitarlo o cómo no se dio cuenta…y todo ello, aumenta el sufrimiento.
¿Quiénes se suicidan?
Las mujeres lo intentan un mayor número de veces. En cambio, los hombres, que lo intentan en menos ocasiones, cuando lo hacen usan métodos más efectivos y acaban, casi siempre, consiguiéndolo.
El suicidio se da en todas las épocas de la vida; desde adultos hasta ancianos pero, actualmente, ha aumentado de forma alarmante el suicidio adolescente – al cual le reservamos por su importancia y gravedad un segundo post – e, incluso, infantil.
¿Qué pasa con los que se quedan? Los familiares y el entorno de familiares que se suicidan
Entre los familiares que viven un suicidio se hace una especie de “pacto de silencio”, de forma que del suicidio no se habla, como si nunca hubiera ocurrido. Incluso, en muchos casos, al ser preguntados los familiares cercanos por la causa de la muerte, se opta por dar alguna explicación que pueda ser razonable: “ha tenido un infarto”, “de un accidente”, “haciendo deporte”…
Y no se cuenta el motivo real, se esconde dentro de la propia familia con el dolor que ello causa porque el suicidio sigue siendo un tema tabú, algo innombrable por miedo al posible estigma que caería encima de la familia, al igual que ha ocurrido a lo largo de la historia en que el suicidio ha sido considerado desde un pecado, una deshonra hasta una cuestión de salud pública. Sin embargo, todo ello no evita que los familiares se vean convertidos en victimas dobles: por la muerte de su familiar y por el juicio estigmatizante de la sociedad.
¿Qué debes hacer si tienes ideas suicidas?
Si mientras lees esto ya has tenido o tienes pensamientos de acabar con tu vida porque piensas que no vale la pena vivir, que nadie te ayudará, que nada va a cambiar y que la única manera de acabar con tus sufrimientos y problemas, es dejando de existir…ante todo, créeme, no es así: necesitas ponerte en manos de un profesional que te muestre que siempre hay una razón para agradecer cada nuevo amanecer, que la vida es el préstamo más maravilloso que te van a hacer nunca pero, sobre todo, que te ayude a cambiar, proporcionándote las herramientas necesarias. También necesitas expresar a una persona de tu total confianza cómo te sientes, sin vergüenza, todos podemos caer y necesitaremos a alguien que nos ayude a levantarnos. Pero, por favor, pide ayuda.
- No estás sólo si no mantienes tus ideas de suicidio en secreto
- Las ideas de suicidio están asociadas con problemas que pueden resolverse
- El suicidio es una solución permanente ante un intenso dolor
“El suicidio es una solución eterna para lo que, a menudo, no es más que un problema temporal” ( E.Shneidman,1985)
- Que no se te ocurra ninguna solución, no significa que no haya soluciones soluciones que no eres capaz de ver y, por eso, es necesario un tratamiento psicoterapeútico y/o psiquiátrico
- Las crisis no son permanentes, es decir, que si les das un tiempo, verás como las ideas de suicidio son pasajeras
- No actúes de forma impulsiva
- Si escribes en un papel los motivos para vivir que tienes, seguro que superan los motivos para dejarnos
- Piensa en las veces que saliste de otros problemas; si entonces pudiste, ¿por qué no ahora?
¿Qué debes hacer después de un intento de suicidio?
Es posible que te sientas confundido, cansado, enfadado y avergonzado, incluso, que tengas sentimientos de culpabilidad por el daño causado a tus familiares. Todo ello son emociones lógicas después de un proceso traumático y, además, las reacciones de tu entorno pueden ser muy variadas. Pensemos que todos estáis en “caliente” y, por tanto, se dicen y se hacen cosas que uno no piensa ni siente en realidad.
A pesar de todo ello, la recuperación es posible, también se pueden superar los sentimientos y se puede llegar a tener una vida satisfactoria, en la que no vuelvan a existir pensamientos suicidas. Pero, para conseguirlo, y tras recibir el alta hospitalaria, es necesario:
- Concertar una cita de seguimiento con un psicólogo y con un psiquiatra
- Pedirles a ambos información sobre qué te ha ocurrido, sus consecuencias y tratamiento
- Pedir información y buscar recursos en tu zona sanitaria tanto de orientación como apoyo
- Crear un plan de seguridad para reducir o eliminar, si es posible, la posibilidad de un nuevo intento
¿Cuál es mi plan de seguridad?
La finalidad es reducir o eliminar el riesgo de cometer un intento suicida
- Señales de alerta. Todo aquello que te puede indicar el regreso de pensamientos suicidas: el aniversario de una pérdida, cambios muy pronunciados en el estado de ánimo, pérdida de interés por las cosas, alteración en la pauta de alimentación y/o sueño, consumo de sustancias tóxicas, pensar que las cosas no sólo no van a cambiar sino que empeorarán…
- Apoyos. Contactos si empiezas a tener los pensamientos suicidas. Suelen ser: terapeutas, familiares, amigos.
- Sus teléfonos. Debes tener a mano una lista con un mínimo de cinco número de teléfonos de contactos a los que llamar al inicio de los pensamientos. Llamas al primero y, si no contesta, llamas al segundo y, así, sucesivamente.
- Contacta con tus apoyos. Llámalos antes de que ya estés bloqueado y pierdas el control. Escúchalos y acepta su ayuda pero, para ello, será necesario ser muy sincero
- Listado con los números de urgencias. Tenlo preparado por si fallará todo lo anterior
¿Cuáles son mis pautas de protección?
- Las crisis de ideaciones suicidas son transitorias, la muerte es definitiva
- Es aliviador expresar cómo te sientes a una persona de tu total confianza
- Si no crees que vas a poder, durante una crisis, pide a un contacto o a un apoyo que esté contigo hasta que disminuya la angustia
- Intenta distanciarte de todo aquello con lo que podrías consumar un suicidio
- El alcohol o las drogas no te desinhiben; empeoran tu situación
- Cuánto más activo y ocupado estés, más útil te sentirás y menos pensamientos suicidas
- Haz un diario emocional en que escribas como te sientes, tus emociones y sentimientos pero, también, tus metas, esperanzas y deseos
- Los problemas se afrontan de uno en uno; de lo contrario, te estresas y puedes no ver salida
- Intenta disfrutar con lo mejor de la vida que es el placer de las pequeñas cosas
“Carpe Diem” (Disfruta el momento)
Los datos son escalofriantes: el suicidio es la 2ª causa de muerte no natural en los jóvenes entre 15-25 años y la 6ª causa de muerte no natural en niños con edades entre 5-14 años. Los datos mundiales muestran que un millón de personas se suicida al año y que esta cifra aumentará hasta el millón y medio hacia el año 2020.
En el año 2008, el número de suicidios superó, por primera vez, al número de muertes por accidentes de tráfico (INE,2010). Sin embargo, los accidentes siguen apareciendo en las noticias… los suicidios no son noticia…pero, también, son vidas truncadas, ¿o no?
Si te encuentras en esta situación o conoces a alguien que atraviese por una situación similar, no dudes en consultar con un profesional. En Siquia puedes dejarnos tu consulta, en privado, aquí.
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Quisiera aportar una idea a este constructivo artículo. Partiendo del argumento que utilizas sobre la relatividad de las estadísticas que se manejan en el suicidio, existe una nada desdeñable proporción de personas que se matan tras haber superado una crisis: entre los dos y los cuatro meses después. ¿Equilibradas? ¿Decisión libre o racional? Desde luego, es la perspectiva de volver a vivir el dolor una de las motivaciones. Lo siento, no le encuentro un lugar a la culpa en ese argumento. Puede ser válido en una educación judeocristiana. Abogo, como tú, porque hay que ser capaz de pedir ayuda. También lo hago por el respeto a las decisiones individuales. El que esté equilibrado que tire la primera piedra. Fijo que le cae a alguien que no reconoce no estarlo.
Muchas gracias.
Muchas gracias,Belén, por tu comentario.Gracias a vosotros por estar ahí.
Saludos
Muy interesante. Gracias por compartirlo