Los antipsicóticos son drogas psicotrópicas. En otras palabras, son sustancias que al introducirse en el cuerpo actúan directamente sobre el sistema nervioso central y ocasionan cambios significativos en su funcionamiento. El tratamiento se basa en síntomas psicológicos y conductuales asociados a la demencia. Alivian los aspectos negativos de los delirios, el lenguaje o las alucinaciones y son las sustancias principales para el tratamiento de la esquizofrenia.
Henri Laborit descubrió la clorpromazina cuando buscaba una solución para el choque circulatorio y se dio cuenta de que esta sustancia producía somnolencia. Después, fueron Deniker y Delay quienes observaron más profundamente los efectos de los antipsicóticos con la clorpromazina. Además, procedieron fármacos como la flufenazina, el haloperidol, la tioridazina y la perfenazina.
¿Para qué sirven los antipsicóticos?
Es importante destacar que existe una relación riesgo/beneficio en su tratamiento, y su eficacia en muchos casos es limitada porque según los expertos Lieberman, Stroup y Perkins en ‘Tratado de la esquizofrenia’ aseguran que alivian tanto los síntomas positivos como los negativos de esta enfermedad.
Es cierto que los antipsicóticos se usan especialmente para tratamiento de trastornos esquizofrénicos o psicóticos, pero también se usan para la demencia, el trastorno bipolar o incluso como sedantes potentes debido a su capacidad para reducir el funcionamiento del sistema nervioso. Por eso, incluso pueden utilizarse para síntomas puntuales de tics motores, trastornos alimentarios u obsesivo-compulsivos.
Los efectos terapéuticos de estos tipo de sustancias suelen empezar a aparecen entre los 7 y 10 días, pero el efecto completo no puede observarse hasta las 4 ó 6 primeras semanas. Si no se dan los efectos en ningún cambio, se aumentará la dosis o se cambiará de fármaco. Consulta con tu médico o psiquiatra antes de realizar ninguna modificación en la dosis. Además, en caso de la retirada de estas sustancias será de forma gradual ya que si no podría darse una recaída o un fuerte síndrome de abstinencia.
Tipos de antipsicóticos
Hay dos tipos de antipsicóticos distintos en función a su perfil de seguridad y eficacia sobre los síntomas negativos de la esquizofrenia. Los antipsicóticos típicos (AT) y los atípicos (AA).
Antipsicóticos típicos
Son los más antiguos y los primeros en usarse desde su creación. Son eficaces para los síntomas positivos de la esquizofrenia, pero por el contrario, tiene muchos efectos extrapiramidales.
Puede tratarse de segunda generación con el menor riesgo de efectos negativos. Le siguen los antipsicóticos de baja potencia y se considera con mayor riesgo de efectos negativos a los antipsicóticos de alta potencia.
- Los antipsicóticos de alta potencia son: Droperidol, Haloperidol, Loxapina, Pimozida, Tiotixena, Trifluoperacina
- Los antipsicóticos de baja potencia son: Clorprotixena, Flufenacina, Hidrixicina, Molidota, Mesoridacina, Perfenacina, Proclorperacina, Prometacina, Tioridacina
Antipsicóticos atípicos
Son sustancias descubiertas recientemente pero producen efectos secundarios menores, sobre todo cuando hablamos de efectos extrapiramidales o sobre las hormonas. Este tipo de antipsicóticos son más eficaces ya que mejoran tanto los síntomas positivos y los negativos. Las reacciones de los atípicos son sobretodo metabólicas: hiperglucemia o aumento de peso por ejemplo.
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