Qué son los terrores nocturnos en niños: síntomas y tratamiento

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Los terrores nocturnos en niños son un fenómeno que puede ser inquietante para los padres y desconcertante para los más pequeños. Cuando tu hijo se despierta en medio de la noche gritando, sudando y aparentemente aterrorizado, es fácil entrar en pánico como padre. Sin embargo, es importante entender que los terrores nocturnos son un trastorno del sueño común en la infancia y, en la mayoría de los casos, no representan un problema grave.

¿Qué son los terrores nocturnos?

El terror nocturno es un trastorno del sueño en el que el niño pasa bruscamente de estar profundamente dormido a una agitada actividad caracterizada por la sudoración, la taquicardia, la hiperventilación y, en algunos casos, el forcejeo.

Por lo general, durante los episodios de terror nocturno el niño mantiene los ojos abiertos con una mirada de pánico con evidentes síntomas de terror y ansiedad y, aunque suele emitir gritos y gemidos, en la mayoría de los casos no se encuentra despierto. Por ello, muchas veces no responden a los estímulos externos (normalmente procedente de sus padres) pareciendo confusos y llegando a tardar varios minutos en reaccionar.

La amnesia es un factor muy común en los episodios de pavor nocturno. Por lo general, la mayoría de los niños no son capaces de explicar lo que sucedió a la mañana siguiente. Es muy habitual que no recuerden nada y, si recuerdan algo, suele tratarse de imágenes aisladas y borrosas.

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La terapia cognitivo-conductual puede ser eficaz para abordar los terrores nocturnos en niños, al ayudarlos a gestionar el estrés y las emociones que pueden desencadenar estos episodios.

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Síntomas

Los terrores nocturnos en niños pueden manifestarse de varias maneras:

  • Gritos y llantos intensos.
  • Sudoración excesiva.
  • Confusión y desorientación.
  • Incapacidad para reconocer a los padres o interactuar con ellos.
  • Aumento de la frecuencia cardiaca y la respiración.
  • Movimientos bruscos o agitación.

Estos episodios pueden durar desde unos pocos minutos hasta media hora, y el niño generalmente vuelve a dormirse sin recordar nada al despertar.

¿Cuáles son los factores que provocan los terrores nocturnos?

No parece haber una única causa responsable de los terrores nocturnos, sino que existen una serie de factores que influyen enormemente en los pavores nocturnos.

  • Factores hereditarios. Alrededor del 80% de los niños que padecen terrores nocturnos tienen familiares cercanos que presentaron este trastorno, lo que parece indicar una causa genética para esta alteración del sueño.
  • Ansiedad y el estrés son dos de las principales causas de los terrores nocturnos. Por lo general, situaciones de ansiedad vividas durante el día inducen al niño a acostarse en un estado de agitación, predisponiendo a estos episodios.
  • Cansancio, falta de sueño, enfermedades, fatiga, problemas familiares, entornos conflictivos… son otros de los síntomas que suelen presentar los niños con terrores nocturnos.

En los adultos, todo indica a que existe una relación entre los terrores nocturnos y el consumo de determinadas sustancias como el alcohol o los ansiolíticos, ya que suelen alargar las fases de sueño lento que son en las que normalmente aparecen estos episodios.

niño maltratado

Tratamiento psicológico de los terrores nocturnos

Los terrores nocturnos causan verdadero pánico en los adultos, incapaces de consolar a sus hijos. Pero ¿qué hacer en este caso?

  • Mantén una rutina de sueño regular. Establecer horarios de sueño consistentes puede reducir la probabilidad de terrores nocturnos.
  • Evita la sobreexcitación antes de dormir. Limita la exposición a contenidos violentos o aterradores, y promueve actividades relajantes antes de acostarse, como la lectura de cuentos.
  • Crea un ambiente seguro. Asegúrate de que la habitación del niño esté oscura, tranquila y con una temperatura cómoda para dormir.
  • Mantén la calma. Durante un episodio de terror nocturno, mantén la calma y asegura la seguridad del niño sin intentar despertarlo bruscamente.

Consejos para los padres

Los terrores nocturnos pueden ser angustiantes para los padres, pero es fundamental mantener la calma y recordar que, en la mayoría de los casos, no representan un problema grave. Aquí hay algunos consejos para los padres:

  • Habla con el pediatra. Si los terrores nocturnos son frecuentes o graves, consulta con el pediatra para descartar posibles problemas médicos subyacentes.
  • Establece una rutina de sueño sólido. Una rutina constante antes de dormir puede ayudar a prevenir los terrores nocturnos.
  • Comunica el problema. Informa a familiares, cuidadores y maestros sobre los terrores nocturnos del niño para que estén al tanto y sepan cómo responder si ocurre durante la noche.

Los terrores nocturnos en niños son un desafío temporal al que se enfrentan muchos padres. Con comprensión, paciencia y algunas estrategias simples, es posible ayudar a tu hijo a superar esta fase y garantizar noches de sueño más tranquilas para toda la familia. Si tienes preocupaciones persistentes, no dudes en buscar la ayuda de la terapia infantil.

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