La depresión es uno de los trastornos mentales más limitantes. No solo afecta al estado de ánimo, a los niveles de motivación e incluso al entorno de quien lo sufre. También aumenta el riesgo de sufrir enfermedades como cáncer o Alzheimer. Y, según estudios recientes, podría existir una relación entre ictus y depresión.

¿Qué es la depresión?

La depresión es un trastorno psicológico que provoca desánimo y tristeza profunda. Quienes la sufren se sienten desmotivados y tienen problemas para seguir con su día a día de forma normal.

Se trata de una enfermedad multifactorial, en cuyo desarrollo influyen diversas circunstancias, como las vivencias y la genética.

Entre sus síntomas encontramos:

• Desánimo.
• Alteraciones en los patrones de sueño.
• Cansancio.
• Bajo concepto de uno mismo.
• Problemas de concentración.
• Ideaciones suicidas.
• Problemas alimenticios.

¿Qué es un ictus?

El ictus es una enfermedad cerebrovascular provocada por la obstrucción de una arteria, que impide la llegada de la sangre al cerebro. Entre los adultos se sitúa como la segunda causa de muerte más común.

Es fundamental detectar este problema a tiempo, puesto que la recuperación pasa por la detección temprana. Es decir, cuanto más tiempo pase en tratarse, menos probabilidades habrá de que el paciente salga ileso.

Los síntomas son:

• Problemas para hablar.
• Debilitamiento y hormigueo en uno de los lados del cuerpo.
• Ceguera súbita en uno de los ojos.
• Fuerte dolor de cabeza.

¿Sufres depresión? Un psicólogo online puede ayudarte.

¿Cuál es la relación entre ictus y depresión?

Un estudio realizado por la Universidad de Münster ha investigado la relación entre ictus y depresión.

La investigación, publicada en la revista Neurology, ha descubierto que la relación entre ictus y depresión es bidireccional.

Por un lado, los participantes que pasaron por un ictus mostraron niveles más altos de depresión antes de padecerlo que aquellos participantes del grupo de control que no se vieron afectados por un accidente cerebrovascular.

Por otro lado, los supervivientes del ictus experimentaron «un aumento de los síntomas depresivos», que se extendieron durante varios años.

¿Qué ha revelado la investigación sobre el vínculo entre ictus y depresión?

El estudio de la Universidad de Münster analizó la salud de 10.797 adultos. La edad media de los participantes era de 65 años y los controles se extendieron durante doce años.

Durante este periodo de tiempo 425 participantes sufrieron un ictus. Sus datos se compararon con los de una muestra de 4.249 personas que no sufrieron ningún tipo de problema cerebrovascular. Al hacerlo, se descubrió que:

• Los síntomas depresivos empezaron a aumentar dos años antes de la aparición del ictus.
• Tras el ictus, la depresión aumentaba y se mantenía hasta diez años después.
• Un 29% de los participantes, cuando estaban a punto de sufrir un ictus, tenía probabilidades de estar deprimidos.
• En el momento del ictus, las probabilidades de padecer depresión habían aumentado al 34% de los participantes.
• Sin embargo, los investigadores no están seguros de que la sintomatología depresiva pueda utilizarse para predecir la aparición del ictus.

En cualquier caso, está claro que existe relación entre ictus y depresión. Si has pasado por un ictus y notas que tus niveles de ánimo están bajos, no dudes en acudir a terapia psicológica.

Un psicólogo puede darte las herramientas necesarias para superar el estado depresivo en el que te encuentras. A lo largo de los diez años de vida de Siquia, nuestros psicólogos han ayudado a más de 1.600 pacientes a mejorar su estado de ánimo.

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