Resolviendo dudas: Cinco FAQ sobre las crisis de ansiedad (I)

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La consciencia sobre la importancia de la salud mental va arraigando cada vez más en la sociedad y, con ella, crece la expresión de las dudas respecto a las distintas patologías. Uno de los mayores focos de atención – y, por ende, generador de dudas – es sin lugar a duda el concepto de crisis de ansiedadVivimos en un contexto de estrés y constante presión social que impulsa cada vez a más individuos a sufrir estos episodios. Este incremento del número de personas que lo padecen también suscita un aumento en las dudas. Así, en Siquia, y gracias a la colaboración de la psicóloga catalana Mª Dolors Mas, hemos recogido las primeras cinco preguntas más frecuentes respecto a las crisis de ansiedad a fin de ofrecer una respuesta y echar luz a la duda:

1. ¿Por qué sufro una crisis de ansiedad cuando estoy más relajado y no, por ejemplo, cuando estoy en el trabajo y he tenido una discusión con mi jefe?

Resolviendo Dudas Crisis Ansiedad

La crisis de ansiedad puede manifestarse en muchas situaciones. Por ejemplo, en un momento de fuerte activación fisiológica, aunque en la mayoría de ocasiones suele darse cuando reducimos esa activación y nos relajamos. La persona frena en un momento dado su ritmo frenético. Se sienta, se para en frente al semáforo, espera en una cola, se tumba a descansar un rato, intenta mirar la televisión, está sentado en un medio de transporte, etc., pero el sistema nervioso está demasiado alterado para pasar de un estado de activación constante a un estado de relajación.Si además estando en estado de relajación percibimos una palpitación o un síntoma de ansiedad, esto aún nos desconcierta más y le prestamos muchas más atención que si estuviéramos en activo.

En un estado de activación incluso, un síntoma de estas características nos podría pasar desapercibido, pero si no hemos aprendido a controlar la ansiedad o bien la desconocemos, posiblemente estas sensaciones disparen nuestro sistema de alarma; notamos el encendimiento que produce en nuestro cuerpo el estado de activación general (pensemos por ejemplo en la reacción que sentiríamos ante un susto intento repentino, como ver aparecer un perro en nuestra habitación o que se rompieran los vidrios de una ventana, una explosión, etc.). 

Pero como nada pasa en el exterior, pensamos, ¿Qué me sucede? ¿Me estaré muriendo? ¿Será  un ataque cardíaco, colapso respiratorio, embolia cerebral? ¿Será  un ataque de locura? ¿Cómo me puedo morir ahora sin haber hecho testamento o dejando las cosas sin arreglar?

Pensar este ‘diagnóstico’ no es precisamente tranquilizador… Así que si ya estamos ‘encendidos’, creernos en grave peligro acaba de provocar un incendio. Sube el nivel de ansiedad provocando más efectos espectaculares (temblor de piernas, sensación de vértigo, rigidez de nuca, visión borrosa, sensación de flotar e de irrealidad). Puede que se acuda a un servicio de urgencias por si las dudas, y ahí, tras las pruebas oportunas ,nos digan que no era nada grave,  un ataque de ansiedad.

2. Ya he pasado anteriormente por situaciones similares que me han hecho sentir nervioso/a y lo he podido controlar. ¿Por qué ahora respondo así, con una crisis de ansiedad?

Los cambios sociales y tecnológicos y el ritmo frenético que nos marca nuestra cultura, facilitan pautas de funcionamiento muy autoexigentes y competitivas, así como creencias respecto a nuestras capacidades físicas y mentales, bastante irreales.

Tenemos la tendencia a funcionar automáticamente sin prestar atención a nuestras emociones, a abusar de nuestra aparentes ‘energías ilimitadas’, a reducir las horas de sueño, mal alimentarnos y también preocuparnos y sufrir,sin que aparentemente ello implique mayores complicaciones. Pero un  día las cosas pueden cambiar y enviarnos repentinas señales de funcionamiento corporal anómalo, como si el cuerpo ya no tolerara el mismo ritmo de agobio que tenía hasta el día anterior.

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No somos conscientes de nuestro nivel de agobio, tensión e inquietud si estamos atravesando una época de estrés. Estamos tan familiarizados con las sensaciones internas de ansiedad que nos parecen normales, o por lo menos no preocupantes. Las despreciamos, aunque el nivel de tensión en realidad es más alto de lo que nuestro organismo está preparado para tolerar.

Quizás sabemos cuantas horas seguidas podemos aguantar trabajando, pero no sabemos cuantas horas necesitamos para ocuparnos de nuestra mínima tranquilidad personal o de ir en busca de lo que realmente queremos, olvidando las exigencias externas .Tampoco sabemos manejarnos demasiado bien frente a las frustraciones, ante las que solemos buscar salidas que más que calmarlas parecen exacerbarlas.

Pero los hechos son los hechos: nuestro cuerpo biológico, en especial nuestro sistema nervioso,tiene sus propias limitaciones de funcionamiento (no puede estar permanentemente activado forzado trabajar al máximo).Esto es lo que fundamenta una crisis de ansiedad.

3. ¿Pero cómo nos podemos convencer de que no nos pasará NADA, si  en realidad nos sentimos terriblemente mal?

Entendiendo como funciona el mecanismo de la ansiedad y en qué consiste. Fijándonos más en cuándo se producen estas señales de nuestro cuerpo y qué pensamientos las desencadenan, las mantiene y acentúan, así como aprendiendo a controlarlas en el transcurso de la terapia.

Dándonos cuenta de que es producto de nuestra interpretación de amenaza y de nuestros pensamientos distorsionados de la realidad. Nos ayudará también hablar con otras personas que padezcan el trastorno o lo hayan padecido, y comprobar que es un trastorno bastante frecuente en la sociedad.

4. ¿Puede la ansiedad causar un daño relevante en mi organismo debido a la constante tensión a la que lo someto? 

No es la ansiedad sino la forma de vida, o los hábitos de sedentarismo que la persona adquiere con este trastorno, los que van deteriorando el sistema. El estrés es perjudicial a largo plazo, pero no por si solo, sino añadido a la mala alimentación, el déficit de sueño, el sendentarismo, los hábitos adictivos, la hipertensión, etc.

5. ¿Es posible que deje de respirar o que me ahogue durante una crisis de ansiedad?

Las sensaciones de ahogo que se producen en una crisis de ansiedad, se deben a la hiperventilación.Por mucho que Ud. hiperventile, no va a conseguir que llegue un momento en el cual se asfixie.

En casos muy extremos (repetimos, muy extremos) se produciría una perdida de conocimiento, pero no una asfixia. Esto sería debido a que el organismo tiene que recobrar el control, y para eso no le sirven de mucho nuestras interpretaciones de peligro. Esta es una reacción adaptativa de nuestro cuerpo,  para equilibrar los niveles de CO2 y O2.

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