problemas adolescente casa siquiaUna de las consultas más habituales en Siquia es la de padres de adolescentes. De los padres que hace no tanto criaban a sus niños y niñas encantadores, educados, tímidos y dulces.

Con la adolescencia no solo llega el cambio a nivel físico, sino también, a nivel emocional y psicológico. Es entonces cuando todo ello puede producir desde una leve brisa hasta todo un huracán en la familia, desequilibrando sus vidas. En este punto es cuando los padres acaban pidiendo cita al psicólogo para que les ayudemos a entender a esas personas que han invadido sus casas y se han “alienado” a sus hijos. Es habitual que mencionen frases del tipo “es que no se le puede decir nada”, “se pasa las horas o encerrado en su habitación – haciendo, ves a saber qué – o con sus amigos”, “ ya no nos explica nada”, “está muy contestón, nos lo discute todo”.

Los padres acuden a la consulta en busca de ayuda profesional porque se preocupan por esos jóvenes desconocidos con los que se enzarzan en discusiones interminables. De algún modo, igual que cuando eran pequeños, les asaltan numerosas dudas sobre si todo esto es normal, si se le pasará?, pueden o no confiar en su hijo, el  miedo a que sus hijos se equivoquen… , entre muchas otras dudas.

¿Se equivocan los padres de hoy?

Si tomamos como referencia las consultas que nos llegan a Siquia Psicólogos, el error principal que cometen los padres en la actualidad se da ante actitudes agresivas, desafiantes u oposicionistas. En este caso, una gran parte de los padres ceden y dejan a sus hijos adolescentes hacer lo que quieran por miedo al conflicto.

Otra parte de los mismos entra en discrepancia educativa. Es decir, el padre impone límites y no encuentra “normal” que su hija adolescente llegue de madrugada a casa mientras que la madre suele ser más permisiva, aceptando que “está con sus amigas”. También puede ocurrir al revés, que el padre sea permisivo y la madre sea más rígida. En cualquier caso, se entra en un “juego” de valoración preferente de uno de los padres por encima del otro y de poner en descubierto una mala comunicación en el seno de la propia pareja, lo cual os llevará a caer en el “chantaje emocional”. ¿Os suena?

Finalmente, hay una última parte de los padres que ante estas actitudes de sus hijos y de su propio miedo a “meter la pata”, la acaban metiendo sin querer ya que adoptan una postura de imposición “aquí se hace lo que yo digo y punto”. El conflicto está servido y el adolescente se rebota, discute con los padres y los ataca de la forma que más daño les puede producir.

¿Cómo tratar con los adolescentes?

  • Necesita atención. Pero, también, afecto y protección porque, aunque no lo parezca con esta actitud que ahora adopta, está más perdido que cuando era un niño pequeño. Intenta buscar el momento propicio para acercarte a tu hijo e inicia una conversación en la que demuestres interés por lo que a él le gusta.

psicologo especialista en adolescentesMuchos padres preguntan si deben preguntarle a su hijo dónde o con quién va cuando sale de casa ¡claro que sí! Pensad que, aunque está creciendo e individualizándose, sigue siendo tu hijo. Sin embargo, no hay que atosigar a preguntas, no es necesario ser insistente ni hacerle un interrogatorio.

  • Escúchale. Si tu hijo adolescente acude a ti para pedirte consejo o guía sobre alguna cuestión que le anda preocupando, es muy importante que le escuches y que no desperdicies la oportunidad – casi única- de aproximarte a él. Pero, de la misma manera, no cometas el error de pensar que lo que te cuenta no tiene importancia, porque no le darás lo que espera recibir de ti. No se trata de dar un consejo sino de sentirse escuchado. Déjale hablar, no le interrumpas, y cuando le hables, hazlo para demostrar tu apoyo. Probablemente está librando una dura batalla consigo mismo. Intenta recordar que hace algún tiempo tú pasaste por lo mismo.
  • Respeto y tranquilidad. Los adolescentes son hipersensibles al tono de voz que usamos con ellos y aunque te esté provocando  es importante mantener la tranquilidad, el respeto y el autocontrol. Al fin y al cabo, tú eres el adulto y el que debes dar ejemplo y proporcionarle un modelo de comportamiento a tu hijo.
  • Darle diversas posibles soluciones. Si te preocupa alguna cuestión relacionada con tu hijo, lo mejor es no imponer porque lo más probable es que no haga lo que tú quieras. Una de las posibilidades es ofrecerle un abanico amplio de posibles soluciones para que el adolescente se sienta responsable de su propia decisión. Así, si te preocupa cómo volverá tu hijo de la fiesta a la que va, ofrécele opciones “si te parece bien, te vengo a recoger o te mando un taxi y que os recojan a todos”.
  • No os olvidéis, seguís siendo los padres. Eso implica todo lo anterior pero, también, que un incumplimiento de las normas no debe dejarse pasar. Vuestro hijo debe tener claro que comporta unas consecuencias. A estas alturas, seguro que ya todos hemos interiorizado: conducta positiva – consecuencia positiva o reforzador positivo; conducta negativa- consecuencia negativa. No es suficiente que vosotros como padres lo hayáis interiorizado sino también que lo cumplías porque, en caso contrario, la próxima vez que incumpla las normas, en el fondo, será porque se lo habéis permitido.

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