La mayoría de las personas, por no decir todas, han vivido situaciones complicadas en las que han llegado a sentir que no pueden seguir hacia delante solas porque no saben cómo. Los problemas rutinarios con el trabajo, con los amigos o incluso con familiares pueden llegar a ser incapacitantes si no se les pone solución. La salud mental es muy importante, tanto como la física pero no la gestionamos de la misma manera.
Hay personas que deciden intentar ponerle solución a los problemas por su cuenta, pero muchas veces no lo consiguen porque hay un problema de fondo más grande. Otros prefieren no prestarle atención a las situaciones complicadas y, mientras, dejar que crezcan sin darse cuenta que un diagnóstico temprano facilita el tratamiento, también en terapia psicológica a distancia. Para las personas que deciden pedir ayuda profesional se presenta un nuevo problema ya que muchos no saben a quién acudir.
Jerónimo Saiz, patrono de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, explica que «si se tiene un problema de salud física se debe acudir a un profesional que pueda ayudar, cuando uno tiene un problema de salud mental también tiene que hacerlo».
Los datos son reveladores, una de cada tres familias tiene, ha tenido o tendrá en su seno a una persona con problemas de salud mental y, por lo tanto, necesitará la ayuda de un profesional, pero ¿a quién debe acudir?
Diferencias entre un psicólogo y un psiquiatra
La diferencia inicial entre un psicólogo y un psiquiatra es la formación académica. El psicólogo tiene estudios universitarios en Psicología y evalúa al paciente desde la comprensión del comportamiento humano. Por el contrario, el psiquiatra tiene estudios universitarios en Medicina y una especialización en trastornos psiquiátricos, su enfoque es generalmente clínico y centra gran parte de su análisis a las cuestiones fisiológicas de los trastornos mentales.
El psicólogo evalúa al paciente adapta un tratamiento basado en la psicoterapia, dando importancia a las dimensiones del pensamiento, a las emociones y a la conducta. La mayoría de las dificultades del día a día son un tema de psicólogo, como los problemas de pareja, el trabajo, la tensión, el estrés, la inseguridad o la autoestima baja.
El psiquiatra, además del uso de la psicoterapia, centra el tratamiento del paciente en el uso de la farmacología para aliviar los síntomas que están provocando la incapacitación en la vida de la persona debido a un determinado trastorno psicológico. Es decir, el psiquiatra está capacitado para recetar medicamentos, mientras que el psicólogo no. Hay un grupo de enfermedades mentales para las que el uso de medicación es necesario, por ejemplo, la esquizofrenia, el trastorno bipolar o los casos más graves de depresión.
Entonces, ¿voy al psicólogo o al psiquiatra?
“Cuando llega un momento que no sabes por qué de repente te encuentras fatal y no tienes fuerza para levantarte de la cama y al día siguiente tienes una euforia enorme y obsesiones, o sientes que alguien te está persiguiendo, se trata de situaciones que entran en el ámbito puro de las enfermedades mentales por lo que se debe acudir al psiquiatra», comenta Mª Jesús Álava, psicóloga.
En muchos casos, el tratamiento psiquiátrico va acompañado de psicoterapia. De esta manera, con la medicación resolvemos los síntomas más graves e inmediatos mientras que con la terapia con el psicólogo trabajamos el cambio de comportamiento, entendemos qué ocurre y cómo actuar en el futuro para ser independientes y ser capaces de anticiparnos a las posibles crisis que se den.
Si aún tienes dudas, puedes acudir a un médico de familia que evaluará tu situación y te derivará al profesional que mejor se adapte a tus necesidades. En Siquia ofrecemos una primera sesión de psicología gratuita, que puedes probar. Déjanos tus datos y te contactamos.