¿En qué consiste «envejecer satisfactoriamente»?, ¿lo percibe todo el mundo igual?, ¿qué teorías o modelos psicológicos se postulan al respecto? …
Como el propio concepto indica, hablamos de «envejecimiento satisfactorio» cuando nos sentimos satisfechos, valga la redundancia, por haber sido capaces de adaptarnos a las diferentes etapas que han ido teniendo lugar en nuestra vida. Pero como podemos imaginar, supone una percepción bastante subjetiva y que, en la mayoría de los casos, se ve condicionada por la comparación entre las necesidades propias y el entorno concreto que nos rodea.
Existen varios indicadores que nos pueden ayudar a valorar o evaluar cuál es el nivel de satisfacción con nuestro pasar de los años y que, en el plano subjetivo del individuo, giran en torno al autoestima y el control percibido. Sin ser menos importantes, existen también una serie de indicadores objetivos que nos facilitan esta tarea, como son la expectativa individual de vida, la salud, el nivel de ingresos y la actividad social. La interacción de indicadores tanto objetivos como subjetivos será lo que nos lleve a determinar cuál es el grado de envejecimiento satisfactorio percibido de forma individual.
Desde la Psicología Evolutiva se han postulado tres Teorías Clásicas relacionadas con este asunto y que exponemos a continuación:
- Teoría de la desvinculación. Según ésta, el envejecimiento satisfactorio se caracteriza por un alejamiento progresivo de la persona de todo lo que supone una actividad de participación social. El equilibrio se obtendría de disminuir este tipo de actividades dada la «disminución de capacidades» que se produce en la vejez. Lógicamente, esta teoría dejó de ser apoyada por las relevantes evidencias de que, en la vejez, ni tiene por qué producirse una pérdida tan radical de capacidades, ni tiene por qué existir el deseo de una menor actividad social. Además de producirse esa disminución de actividades sociales, sólo se conseguiría una peor adaptación.
- Teoría de la actividad. Quizás podemos intuir que este es un modelo radicalmente opuesto al anterior. Y no nos falta razón. Cuanto más activas se mantengan las personas mayores, más satisfactorio será el envejecimiento. El trabajo con las actividades no reside en disminuirlas, más bien hay que aprender a sustituir aquellas por las que hemos perdido el interés por otras que nos resultan atractivas y dentro de nuestras posibilidades. Además, mantener los lazos y roles sociales puede suponer la principal fuente de satisfacción personal. Se debe tener en cuenta que, desde esta perspectiva, las actividades que producen mayor satisfacción serían aquellas informales llevadas a cabo con la familia y los amigos. Sin embargo, las que se realizan en solitario suelen carecer de algún tipo de efecto y aquellas demasiado formales y estructuradas pueden percibirse incluso de forma negativa.
- Teoría de la continuidad. El punto intermedio entre desvinculación y actividad. A medida que cumplimos años, se suelen mantener nuestros esquemas internos y externos, por lo que las elecciones que realicemos irán en consonancia con nuestras experiencias pasadas.
En ocasiones, llegamos a un punto en el que nos sentimos perdidos y sin conseguir la adaptación y el ajuste personal a nuestras propias y nuevas circunstancias. Si tú o un familiar cercano tenéis dificultades para encontrar vuestra forma de vivir el envejecimiento satisfactoriamente, recibir apoyo psicológico puede suponer la clave necesaria para que encontremos nuestro lugar.
Sobre la autora de este artículo:
Silvia Muñoz Morales es psicóloga y Máster en Psicología General Sanitaria. Nº colegiada O – 02997. Formación en Primeros Auxilios Psicológicos, Procesos Cognitivos Básicos, Estimulación Cognitiva, Motivación en la Empresa, Selección de Personal, Apoyo Psicológico en Situaciones de Crisis y Manejo no farmacológico de Trastornos Conductuales en personas con Alzheimer. Experiencia en el Tratamiento de Adicciones, Trastornos adaptativos ansioso-depresivos, menores con dificultad de aprendizaje y Evaluación Neuropsicológica.