Psicólogos onlineReconocer que tenemos un problema no es fácil, pedir ayuda y acudir a un psicólogo para solventarlo tampoco. Pero si el problema se centra en la esfera sexual de nuestra persona o nuestra relación, las reticencias a acudir a un profesional son todavía mayores.

Anteriormente te ofrecimos una guía práctica para saber si necesitas apoyo terapéutico en general. Para la terapia sexual, los principios son similares, pero hay algunos puntos importantes en los que es necesario hacer incidencia.

Por las características de los problemas que se tratan en terapia sexual es vital poder intervenir cuanto antes con la persona o personas implicadas en él. Cuanto más tiempo se deje pasar entre la aparición del problema y su atención especializada, más difícil es que se llegue a solucionar de una forma adecuada.

¿Cuándo debo acudir a un terapeuta sexual?

A pesar de que no hay una respuesta concreta que pueda servir a todas las personas, ya que cada uno vive las situaciones de una forma diferente, en general la pauta sería que debes acudir a un terapeuta sexual en cualquier momento que sientas que tu vida sexual no es la que tu desearías tener, bien por problemas físicos o bien por problemas de relación.

Si te sientes identificado con una o más de las afirmaciones siguientes, deberías plantearte consultar con un terapeuta sexual:

El sexo no te genera placer y sí sufrimiento: el sexo debe ser una actividad agradable para todas las personas implicadas. Cuando esto deja de ser así y pasa a ser un sufrimiento es que alguna cosa no está funcionando bien.

No hay patología médica que explique las dificultades sexuales: has ido al médico, al ginecólogo o al urólogo y te ha dicho que no hay ninguna causa física para el problema. Puede haber algunas enfermedades puntuales que provoquen problemas sexuales, como por ejemplo la candidiasis, la diabetes o la hipertensión, si es así, el especialista médico determinará la posible solución.

Los fármacos no funcionan: has ido al médico a consultar tu problema en el ámbito sexual, te han recetado fármacos para solucionarlo y éste no ha desaparecido. Quizá se haya aliviado en parte pero no haya remitido del todo. Un terapeuta sexual puede ayudarte a mejorar la situación.

Han habido cambios en tu vida que pueden haber afectado a tu sexualidad (las hormonas de la menopausia, tienes una nueva pareja, has tenido un hijo recientemente, etc). Los cambios vitales se asocian con el estrés, y éste está en la base de muchos de los problemas sexuales.

Tu pareja y tu no lográis una relación sexual satisfactoria para ambos. Lo habéis intentado pero no hay manera, no conseguís disfrutar los dos. Hay parejas que relatan que unos días «le toca a uno y otros al otro» otras en las que siempre es el mismo el que no disfruta. En principio una relación sexual sana es la que resulta satisfactoria para todas las partes implicadas.

Tu líbido ha disminuido notablemente con respecto a hace un tiempo. La líbido, tanto la masculina como la femenina, fluctúa a lo largo de la vida de la persona y en función de las situaciones y experiencias personales que se estén viviendo. Si notas que tu líbido ha disminuido desde hace tiempo y no consigues recuperar el deseo sexual, estaría bien que consultaras con un terapeuta sexual.

Tienes dificultades para llegar al orgasmo casi siempre. El orgasmo no es sólo físico, es también psicológico. Muchas mujeres que acuden a consulta por problemas para llegar al orgasmo -normalmente arrastradas a consulta por sus parejas- dicen algo así como «debo tener alguna cosa mal por ahí abajo». No se trata de eso, en la mayoría de las ocasiones, llegar al orgasmo es una actitud mental.

Te duele la penetración. La vagina está preparada para dilatarse, de hecho, está diseñada para el parto, por lo que, en principio, la penetración no debería ser dolorosa. Puede deberse a una falta de lubricación o a una serie de esquemas mentales afianzados en la persona que no le permiten relajarse lo suficiente como para disfrutar con la penetración.

No logras una erección o la pierdes rápidamente, y esto no pasa de forma puntual y espaciada en el tiempo sino que es un continuo. Si no existe ninguna patología que pueda estar causando el problema de erección, un terapeuta sexual puede ayudarte a solucionarlo.

No consigues controlar tu eyaculación como te gustaría. Tienes la sensación de que no controlas el momento, de que eyaculas demasiado rápido o demasiado tarde.

Debes tener en cuenta que cualquiera de estas afirmaciones puede ser cierta para todo el mundo en un momento dado o en una determinada situación. Por supuesto, si alguna vez te ha pasado alguna de estas afirmaciones, pero después has podido seguir con tu vida sexual habitual, probablemente no sea necesario acudir a terapia sexual.

Si no te sientes identificado con ninguna de estas afirmaciones, o sólo en parte y no estás seguro si acudir o no a terapia, ve. El terapeuta también puede simplemente responder a tus dudas y orientarte en materia sexual de manera que seas tu mismo quien decida si es necesario continuar con la terapia o no.

¿Cómo identificar un buen terapeuta sexual?

En este artículo te explicamos cómo elegir un psicólogo. Para elegir un terapeuta sexual los consejos son muy similares, básicamente:

  • Si el problema es de índole sexual, busca un terapeuta especializado en sexología.
  • Busca referencias del psicólogo en la web. En páginas especializadas y en colegios oficiales.
  • Fíjate en la colegiación. El hecho de que el experto esté colegiado nos ofrece cierta garantía de profesionalidad.
  • En caso de realizar la consulta online, asegúrate de que el método de pago y el servicio que ofrece es seguro y confiable.
  • En el primer contacto asegúrate de que ha entendido tu problema y que te ofrece la solución que necesitas.