Salidas profesionales para psicólogos

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Cuando una persona empieza a estudiar la carrera de psicología lo hace por muchas razones:

  • Por aprender sobre la mente y el comportamiento humano
  • Por entenderse mejor a si mismo
  • Por entender mejor a los que le rodean
  • Por una voluntad de ayuda al prójimo
  • Por curiosidad
  • Por entrar a trabajar en una empresa dedicándose a los Recursos Humanos
  • Y un largo etcétera de razones varias…

Pero lo que está claro es que, de alguna manera u otra, la mayoría de los estudiantes de psicología pretenden acabar trabajando «de lo suyo», aprovechar los conocimientos adquiridos durante los años de estudio para sacar un beneficio económico y poder vivir gracias a ello.

Lo que no nos explican en la facultad

Trabajar como psicólogo, tal y como entendemos de una forma estereotipada la psicología, no es sencillo. La mayoría de los estudiantes entran en la carrera pensando en trabajar como psicólogos clínicos, es decir, teniendo su despacho, con su título orgullosamente colgado y sus pacientes entrando y saliendo.

A medida que van avanzando en sus estudios, cada uno va tomando sus decisiones y empiezan a ver que la psicología va más allá del «psicólogo clásico», además de la atención directa al paciente también pueden dedicarse a la empresa, a la educación, a la investigación o a la docencia.

Poco a poco cada uno va escogiendo el camino que más le interesa. Pero esto no es algo que se encarguen de explicarnos en la facultad, cada uno lo debe ir descubriendo poco a poco, librándose de sus expectativas iniciales y aprendiendo los pequeños detalles de cada opción.

¿Dónde encontrar trabajo?

Buena pregunta. La respuesta es: «en cualquier sitio». Sí, lo has leído bien. Un psicólogo puede encontrar trabajo en cualquier sitio si sabe cómo y dónde buscar y, sobretodo, si está dispuesto a trabajar para ello, valga la redundancia.

Hoy en día el mercado laboral no es que esté mal, es que podríamos decir que está prácticamente parado. No hay movimiento, las personas que están trabajando se aferran a sus puestos de trabajo, por lo que se reduce la movilidad interna de las empresas. Las empresas van cerrando, las personas cada vez tienen menos poder adquisitivo y se gastan menos el dinero en «tonterías» o bienes de segunda necesidad. Nada que no sepas.

Pero el psicólogo motivado puede buscar trabajo, por supuesto. No solo «puede» sino que «debe». Eso sí, hay que empezar a pensar en alejarse de la concepción tradicional del trabajo:

  • No busques un trabajo para toda la vida. Ya no existen.
  • No busques un trabajo que te mantenga. Busca un trabajo que te de un empujón para encontrar otros.
  • No pretendas una dedicación exclusiva. Quizá al principio debas combinar varios trabajos de diferentes áreas.
  • No te acomodes en un puesto de trabajo. Hoy en día, nada es para siempre. Ten siempre los ojos bien abiertos para descubrir nuevas posibilidades.
  • No confíes en tus títulos para obtener un buen trabajo. Te ayudarán, por supuesto, pero lo que más te ayudará será el conocimiento y la experiencia.

El panorama, visto así, no es muy esperanzador, ¿no?

¡Al contrario! Es un panorama de esfuerzo, sí, pero un panorama de libertad, de decisiones propias, de huír de la monotonía de un puesto de trabajo donde cada día todo es lo mismo.

Crea tu propio trabajo

No estoy hablando de montar una empresa. Olvida las empresas, son un quebradero de cabeza y solo algunas son realmente rentables.

Estoy hablando de buscar tu hueco en el mercado laboral. Sé que no es una tarea fácil, nadie nos enseña a ello durante toda nuestra escolarización. Esto es algo sobre lo que deberíamos reflexionar.

Estoy hablando de una serie de pasos a seguir para empezar a ser tu propio empleador, tu propio «coach», tu propio jefe y todo lo que tu quieras ser.

1. Identifica lo que quieres

Parece un poco de perogrullo, pero si no sabes lo que quieres, difícilmente podrás salir a buscarlo. Averigua qué es lo que te gusta, busca tus motivaciones con la psicología, pregunta a la gente de tu entorno de qué te verían trabajando, qué es lo que se te da bien y qué es lo que transmites.

2. Fórmate para ello

Ya tienes una carrera. Sí. Pero por desgracia, como en tantas otras carreras, en psicología lo que se explica es lo básico. Seguramente te faltarán conocimientos teóricos y prácticos para llevar a cabo lo que quieres. Haz cursillos, cursos, másteres, posgrados, formaciones del Colegio Oficial… tienes un montón de opciones a tu alrededor para formarte y orientarte hacia lo que realmente quieres.

3. Fíjate en los demás

¿Dónde trabajan las personas que hacen lo que a ti te gustaría hacer? ¿Qué tipo de empresas las contratan? Seguramente no trabajen solo para una empresa. ¿Cómo lo han hecho?

Todas estas preguntas hay alguien que te las puede responder. Ellos mismos. Hoy en día hay un montón de posibilidades de contactar con casi todo el mundo. Busca aquella persona por las redes sociales y lánzate a enviarle un correo. No tengas miedo, para eso están los correos publicados, ¿no?

4. Crea tu propia personalidad online

Mediante las herramientas online podemos crearnos realmente un perfil profesional importante. Por supuesto, no estoy hablando de mentir (otra frase que me encanta: «se coge antes a un mentiroso que a un cojo»), estoy hablando de tener presencia, de no esperar a ser un profesional de renombre para tener tu espacio online.

Crea tu propia página web, hoy en día es súper fácil y seguro que tienes a alguien a tu alrededor que te puede ayudar. No hace falta que sea algo muy elaborado, algo sencillo, que recoja quién eres y qué haces. Lo importante es que si alguien te busca en la red, tu perfil profesional salga antes que tu perfil de Facebook donde cuelgas fotos comprometidas.

5. Crea las necesidades en el otro

No esperes a que la gente te contacte pidiéndote que trabajes para ellos. Vamos a hacerlo al revés. ¿Qué sabes hacer? ¿Qué se te da bien? ¿Dónde podrías hacerlo?

Anímate y contacta con todas aquellas personas o empresas que creas que podrían disfrutar de tus servicios, ya sea como psicólogo clínico o como «coach en recursos humanos». ¿Has detectado una página web que necesita un psicólogo clínico para atender a sus usuarios? Preséntate y haz tu propuesta. Quizás no se lo habían planteado y les das una buena idea.

6. No tengas miedo: lánzate al autoempleo

¿Quieres ser psicólogo clínico? Hazlo. No necesitas más que colegiarte, buscar un despacho de alquiler por horas, hacer una buena propaganda online y entre tus amigos y conocidos, y empezar a tener clientes/pacientes. No tengas miedo, lo vas a hacer bien, has estado estudiando para ello.

Pide a tus familiares y amigos que den voces, que sepan que te dedicas a esto y que pueden recomendarte como psicólogo/a de confianza.

Inicialmente, lo más probable es que solo tengas un paciente al mes, por supuesto esto no te va a dar de comer, pero sí te va a dar algo muy importante: experiencia y confianza en ti mismo/a. Poco a poco irás detectando cómo hacer mejor tu trabajo, irás teniendo éxito con los pacientes y ello resultará en un mejor autoconcepto como psicólogo/a, y en que tus pacientes irán recomendándote.

7. Hazte valer

Demuestra al mundo que te necesita. Que tú puedes darle ese valor diferencial a su empresa. Que tú eres el/la mejor trabajador/a, la persona que necesitan para que su empresa avance. ¡Cree en ti mismo/a!

Y tú, ¿ya te has decidido?

Imagen de Silvia Catalán
Sobre Silvia Catalán Sílvia Catalán es licenciada en Psicología por la Universitat Autónoma de Barcelona y colegiada número 21279. Está especializada en sexología y salud sexual y en terapia de pareja.
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