El bienestar del trabajador vuelve a tomar protagonismo entre los debates de las altas instituciones interestatales. El último informe que ha publicado la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre ambientes de trabajo saludables apunta que la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores son los elementos más relevantes tanto para el individuo como para la productividad y sostenibilidad de la empresa para la que se trabaja.
De entre los distintos aspectos tratados, destaca la relevancia que se otorga – prácticamente por primera vez – a la salud mental del trabajador. Bajo el título de Ambientes de trabajo saludables: un modelo para la acción para empleadores, trabajadores, autoridades normativas y profesionales, el documento, que se publicó el pasado mes de junio de 2013, detalla que la salud ocupacional está en pleno avance ya que hoy en día no solo se hace referencia a la protección de la salud física sino también a la prevención y promoción de la salud psicosocial. Esta nueva orientación deriva del resultado de distintos estudios que han apuntado que el 8% de la carga global de enfermedades asociadas a la depresión se atribuyen a riesgos ocupacionales.
En este sentido, partiendo de estas obviedades, el informe de la OMS apunta los factores y riesgos que pueden presentarse en cada una de las áreas de actuación, donde el ambiente psicosocial del trabajador resalta junto al ambiente físico de trabajo, los recursos personales de salud y la participación de la empresa en la comunidad. Así pues, tanto la organización del trabajo, como la cultura institucional, las actitudes, los valores, las creencias y las prácticas que se realizan diariamente en la empresa tienen una clara repercusión en el bienestar del trabajador.
Ante esta realidad, el reciente documento propone poner en marcha programas de salud ocupacional que se adecuen a estos aspectos tanto físicos como psicosociales del entorno laboral. La elaboración de estos programas debe suponer una “decisión inteligente” para las empresas, apunta la organización, en tanto que el cuidado y atención del trabajador tiene una repercusión directa en la producción cualitativa de la empresa. En esta línea, pues, y tal y como señalan los expertos de la OMS, las empresas y los gobiernos deben comprender que “la riqueza de las empresas depende de la salud de los trabajadores”.