El confinamiento ha sido una medida magnífica para frenar los contagios de la covid-19, pero tres meses de reclusión también han sido el caldo de cultivo para que afloren enfermedades mentales, sobre todo en aquellas personas que ya presentaban antecedentes.
La pandemia por coronavirus ha supuesto, además, un incremento generalizado del malestar emocional en la población mundial, síntomas de estrés postraumático, depresión y ansiedad. Algunos expertos estiman que un 20% de la población que previamente padecía alguna enfermedad mental ha experimentado episodios depresivos y/o ansiosos mientras estábamos confinados.
Aumento de los trastornos de alimentación durante el confinamiento
Otro de los aspectos que más preocupan es el aumento de trastornos de la alimentación. Una reciente investigación asegura que estos problemas de salud mental han experimentado un aumento del 37% como consecuencia del confinamiento. Además, según datos de la Fundación Fita y de la Asociación española para el estudio de estos trastornos de la conducta alimentaria, en España hay cerca de 400.000 personas, mayoritariamente mujeres, que sufren anorexia nerviosa, bulimia o trastornos por atracón.
La cuarentena por coronavirus ha sido, por tanto, un ambiente retador para todas aquellas personas que sufren enfermedades mentales y, más en concreto, para aquellas que sufren algún trastorno de alimentación, ya que la sensación de culpabilidad en estos casos es clave. La imposibilidad de hacer actividad física con normalidad es uno de los aspectos que más destacan las personas con este tipo de trastornos.
Terapia psicológica online en tiempos de coronavirus
La terapia psicológica es necesaria para el tratamiento de enfermedades mentales y la saturación de los sistemas sanitarios de la mayoría de los países ha significado un retroceso para muchos pacientes. La solución parece estar en las plataformas de terapia psicológica online como Siquia, ya que ofrece las sesiones psicológicas habituales pero de forma telemática, sin riesgo de contagios y ahorrando costes.
La importancia de la terapia psicológica en pacientes que sufren trastornos de alimentación radica en la estructuración de pautas que ayudan a saber llevar la situación, muy especialmente en pacientes que viven solos o con personas que no entienden o no aceptan su enfermedad.