Supervivientes es uno de los programas más populares de la parrilla televisiva española. El programa, emitido en Telecinco, selecciona cada año a un grupo de famosos ¿El objetivo? Aguantar en una isla desierta con condiciones climatológicas adversas y con escasa cantidad de comida, superar una serie de pruebas físicas y ganarse el cariño de los espectadores, que deciden, en última instancia, quiénes abandonan y quienes permanecen en el programa.
Supervivientes: las secuelas psicológicas a las que se enfrentan los concursantes

Uno de los concursantes que ha participado en la última edición del programa es Juan Muñoz. El que fuera parte del dúo cómico ‘Cruz y raya’ decidió abandonar el concurso con el objetivo de proteger su salud mental. Así lo comunicó en plena emisión del programa:
«Yo entré y pensé que podría, pero no puedo. No estoy con fuerzas, no estoy bien y psicológicamente esto me está afectando y no puedo. Mi salud es lo primero». Nada más abandonar el programa el humorista admitió estar al límite y encontrarse mal: «Me habría gustado aguantar un poco más, pero mi salud no me lo permite».
INÉDITO 🚨 Hablamos con @CruzyrayaJuan tras su abandono 🌴 Muy emocionado, os da las gracias por vuestro apoyo 🙏🏼
— Supervivientes (@Supervivientes) June 3, 2022
Esta noche le recibiremos en el plató de #Supervivientes2022 a las 22:00h en @telecincoes 📺 #Supervivientes3J 🔥 pic.twitter.com/Uk2WEV9Twk
Las consecuencias de participar en Supervivientes
Juan Muñoz no ha sido el único concursante al que su paso por el programa le ha pasado factura a nivel mental. El aislamiento, el cansancio y las restricciones alimentarias a menudo ponen en jaque la salud de los participantes, a los que en ocasiones les cuesta reconocerse al volver a España.
Mariana Rodríguez, otra de las concursantes de la última edición de Supervivientes, ha confesado que «había momentos en los que me comía doce donuts seguidos de la ansiedad». Algo similar le ocurrió a Albert Álvarez. El pertiguista confesó que al volver de Honduras el simple hecho de tener hambre le provocaba ansiedad.
La ansiedad por comer aparece cuando la mente experimenta dificultades para procesar las emociones. Entonces, activa el mecanismo del hambre, porque la comida aporta un placer momentáneo. No obstante, esto suele ser un arma de doble filo, porque el acto de comer desemboca fácilmente en atracones que, a su vez, hacen que aumente la culpabilidad.
Otros de los efectos que han sufrido los exconcursantes de Supervivientes son: agotamiento extremo, desórdenes menstruales, pérdida de peso brusca, caída del cabello y estrés constante. Aunque la mayoría declaran que es una experiencia que merece la pena vivir, las duras condiciones a las que están sometidos durante semanas o incluso meses hacen que su vida se convierta un infierno al volver a casa.
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