El término sexting ha ganado fuerza en los últimos años, para hacer referencia a una práctica que le da al acto de chatear por mensaje de texto (texting) un significado sexual.
Sexting: ¿Qué es y cuáles son sus riesgos?

Si se realiza entre adultos, de forma consensuada y con precauciones, el sexting no supone ningún problema. Se trata de un acto sexual tan normal como cualquier otro.
Sin embargo, las connotaciones negativas que van asociadas a este término derivan de su popularidad entre los adolescentes, así como por los riesgos que entraña en una etapa en la que la personalidad no ha terminado de desarrollarse y la autoestima suele ser frágil.
¿Qué es exactamente el sexting?
El término sexting hace referencia a una práctica que consiste en compartir mensajes, fotografías o vídeos de carácter sexual a través de Internet.
El concepto surge al combinar el gerundio del verbo to text (hablar por mensaje de texto) con el sustantivo sex (que significa sexo).
Se trata de una práctica relativamente nueva, que se ha extendido considerablemente con el auge de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea, pero que no está exenta de riesgos.
No obstante, cabe aclarar que el sexting no es peligroso en sí. El problema es que se trata de un acto cada vez más común entre los adolescentes, que rara vez toman las precauciones necesarias para proteger su intimidad y que, además, pueden actuar guiados por la presión social que rodea todo lo relacionado con la sexualidad en esta etapa.
¿Cómo es el perfil de quienes practican sexting?
Aunque es una práctica cada vez más extendida en todas las franjas de edad, a día de hoy quienes más lo practican son:
- Adolescentes y preadolescentes. El envío de contenidos de carácter sexual a través de las redes sociales es especialmente común entre los 10 y los 18 años. En esta etapa, el aumento del uso de los teléfonos móviles se une a la exploración de la propia sexualidad.
- Hombres. Aunque las diferencias son poco significativas, los expertos señalan que los chicos lo practican de manera más habitual que los chicos.
- Jóvenes extrovertidos, que confían fácilmente en los demás.
- Jóvenes con poca estabilidad emocional, cuya autoestima depende de las opiniones del resto.
- Adolescentes que experimentan dificultades para relacionarse en persona, que confían en las redes sociales para hacer amigos y desarrollar relaciones afectivo-sexuales. Este último perfil también se asocia a la baja autoestima y a una gran necesidad de aprobación por parte de sus iguales, buscada a partir del físico y de la sexualidad.
Debes tener en cuenta que la presión social en estas edades también es muy potente.
Entre los grupos de jóvenes es muy común utilizar el móvil para comunicarse en todo momento y para enviar mensajes de todo tipo. En este contexto, la capacidad del adolescente para no dejarse llevar y tomar sus propias decisiones es clave.
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Pedir cita¿Cuáles son los principales riesgos?
- Que el receptor decida difundir las imágenes o los vídeos sexuales enviados.
- Chantaje emocional o sextorsión. Cuando hablamos de sextorsión nos referimos a un tipo de chantaje en el que una de las partes amenaza a la otra con difundir sus imágenes sexuales si no accede a obedecer sus demandas.
- Grooming o acoso sexual a un menor por parte de un adulto. Miriam Labrado, psicóloga de Siquia, afirma que es un tipo de abuso «muy invisibilizado, aunque cada vez más común. El agresor utiliza las redes sociales para hacerse pasar por un menor y, poco a poco, se gana la confianza del adolescente hasta llegar al punto de pedirle imágenes de tipo sexual. Una vez en su poder, el agresor puede utilizar el material bien para difundirlo, venderlo o extorsionar al menor».
- Si el sexting se realiza por presión social (algo, recordemos, muy común en la adolescencia, cuando es de vital importancia encajar en el grupo), los adolescentes pueden sentir grandes cantidades de culpa e incluso padecer síntomas depresivos.
- Si la práctica se descontrola y el contenido de los mensajes sexuales se difunde, el adolescente puede sufrir ansiedad, depresión e incluso ideaciones suicidas.
Si eres un adolescente, recuerda ser cuidadoso con tu sexualidad. Incluso si piensas que tu relación no terminará, recuerda que hay cientos de problemas por los que tu pareja y tú podéis pasar.
En caso de ruptura, el material gráfico puede ser objeto de extorsión y, si se llega a difundir, puede ser motivo de acoso o ciberacoso. Por eso, piénsatelo dos veces antes de enviar material gráfico. Y, en caso de que se difunda sin tu consentimiento, recuerda pedir ayuda: la ley está de tu parte.
¿Por qué los adolescentes tienden a ignorar los riesgos del sexting?
Si el sexting es tan peligroso para los menores, ¿por qué estos deciden seguir practicándolo? Cabe destacar tres factores.
En primer lugar, porque la adolescencia es la etapa en la que se desarrolla la sexualidad. Con la pubertad, el deseo sexual se despierta y los adolescentes se embarcan en el descubrimiento de su sexualidad, algo totalmente natural.
Es común que, entre los trece y los dieciocho años, el adolescente tenga su primera pareja y su primera relación sexual. Si a esto le sumamos el excesivo uso del móvil a estas edades, es lógico que el resultado sea el uso del móvil para enviar mensajes de carácter sexual.
Además, la presión social cobra mucha fuerza en esta etapa. Mientras su personalidad se desarrolla, el adolescente tiende a alejarse de la familia y a identificarse cada vez más con la gente de su edad, a quienes ven como iguales.

Si gran parte del entorno ha tenido su primer contacto sexual, es habitual que el adolescente se sienta presionado para tenerlo también y así no ser visto como un «bicho raro». Además, la autoestima suele ser bastante inestable en esta época y, por eso, los adolescentes pueden caer en publicar imágenes reveladoras de su cuerpo con el fin de recibir la aprobación de los demás.
Por último, cabe mencionar que cuando eres adolescente tienes la sensación de que eres lo suficientemente mayor como para cuidarte solo y la percepción del riesgo es mucho menor. Sin embargo, su cerebro está en pleno desarrollo y, a nivel mental, no cuentan con las mismas herramientas que los adultos para hacer frente a las dificultades.
Por eso, es importante educarles acerca de los riesgos de las redes sociales: que entiendan que las acciones que ponen en marcha en el entorno digital tienen consecuencias en el mundo real.
Además, es necesario que sepan que no están solos. Los adolescentes a menudo se sienten incomprendidos y es responsabilidad de los padres y profesores hacerles saber que les apoyan y que pueden contar con ellos si tienen dudas sobre su sexualidad, o si tienen problemas de cualquier tipo.
Consejos para practicar sexting de forma segura
Si bien en la adolescencia el sexting puede suponer un riesgo, en la edad adulta se trata de una práctica sexual totalmente normal, disfrutable y que puede ser muy beneficiosa a la hora de explorar la sexualidad propia y ajena.
Miriam Labrado recuerda que «el sexting en sí es una práctica sexual como otra cualquiera, que no debería demonizarse. Es cierto que acarrea ciertos riesgos, pero todas las prácticas sexuales lo hacen».
Para prevenir la aparición de problemas, nuestra psicóloga da una serie de consejos para practicar sexting de forma segura:
- Asegurarse que el receptor del contenido sea quien nosotros queremos.
- Guardar y enviar el material encriptado, a través de plataformas seguras.
- No mostrar partes identificativas en las imágenes: cara, tatuajes… Para que en caso de difusión las consecuencias sean menos dañinas.
¿Tienes dudas? Déjanos tu consulta y nuestro equipo de psicólogos se pondrá en contacto contigo.

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