La crisis sanitaria por coronavirus ha dejado secuelas en la población mundial, empezando por un cambio estructural en el estilo de vida de las personas que deben adaptarse a la nueva normalidad.
Tras varias semanas confinados, gran parte de la ciudadanía no ha dudado en salir a disfrutar del aire fresco ante el primer atisbo de libertad, otras personas han rechazado la oferta. ¿Por qué ocurre esto?
Síndrome de la cabaña: qué es y su relación con el miedo
Hablamos de consecuencias psicológicas post confinamiento, más en concreto del síndrome de la cabaña que, sin ser una patología, se refiere al estado anímico, mental y emocional que se da en personas que tras pasar un tiempo en reclusión forzosa, tienen miedo o dificultad para volver a salir a la calle y hacer su vida cotidiana.
El constante bombardeo de información referente al estado de alarma desde todos los medios de comunicación, sin importar si son tradicionales u online, es uno de los principales factores sobre los que se sucede el síndrome de la cabaña. La exposición exacerbada de la población a datos continuamente actualizados sobre contagios y muertes, más que crear conciencia genera alarmismo y preocupación. Las noticias tienen, de alguna manera, el efecto contrario al esperado.
Gran parte de la población asegura haber sentido ansiedad en algún momento de la cuarentena y este no es un dato despreciable. La salud mental se está viendo muy descuidada durante la pandemia del COVID 19 y de aquí podemos sacar otro gran factor muy presente a la hora de explicar el síndrome de la cabaña. La gente que vive sola y aquellos que han experimentado casos de coronavirus en personas cercanas, tienden a sufrir más ansiedad y por tanto son más proclives a sufrir el síndrome de la cabaña. Al fin y al cabo, se identifica el hogar como el único reducto en el que estar a salvo de la enfermedad.
Además de estar estrechamente ligado con la ansiedad, el síndrome de la cabaña tiene mucho que ver con otro tipo de miedos como la agorafobia. En cualquier caso, hay que destacar que la probabilidad de desarrollar este trastorno está más relacionada con la capacidad natural de las personas para mantener la entereza ante situaciones que presentan dificultad que con las experiencias negativas vividas durante la pandemia.
El control de la situación es clave para superar el síndrome de la cabaña. La nueva realidad a la que llegaremos una vez finalizadas todas las fases de la desescalada ayudará a retomar las rutinas a todas las personas que se ven afectadas por este síndrome, pero, hasta entonces, lo más recomendable es ir adaptando esas rutinas dentro del domicilio en la medida que sea posible.
El contacto con gente a través de videollamadas, hacer ejercicio o incluso el teletrabajo son aspectos que ayudan a sentirse realizado como persona y bajan notablemente los niveles de ansiedad. De todos modos, cabe recordar que cada persona necesita marcar sus propios tiempos de forma gradual para adaptarse al nuevo estilo de vida que nos espera.
Por otra parte, conviene diferenciar entre lo que es posible y lo que es probable. ¿Es posible el contagio por coronavirus? Sí, de manera indudable, dado que es algo que aún está presente. ¿Es probable? Esto es más relativo, dado que si seguimos las normas sanitarias propuestas por el Gobierno (uso de mascarilla, evitar aglomeraciones, usar gel hidroalcohólico y guardar la distancia de seguridad) es poco probable que ocurra. Nunca podremos decir que imposible, pero sí limitaremos de manera importante las probabilidades de contagio.
En caso de que este estado anímico se prolongue mucho tiempo, te recomendamos contar con el asesoramiento de un psicólogo online que te ayude a salir del estado de pánico y retomar poco a poco la normalidad.