Adela, una paciente de 31 años, padece síntomas de ansiedad (taquicardía, temblores, sensación de pérdida de control), le cuesta salir de casa, en ocasiones cuando debe ir al trabajo, pero un mayor número de veces cuando tiene compromisos sociales en los que por regla general debe comer fuera de casa.
Y es que, Adela, sufre lo que hoy en día se denomina síndrome del intestino irritable, una enfermedad reconocida por la medicina que no presenta patología orgánica pero que puede suponer a quien la padece un autentico calvario.
¿Qué es el síndrome del intestino irritable?
Se trata de un cuadro crónico que se caracteriza por dolor abdominal y/o cambios en el ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento).
Es un padecimiento que acarrea síntomas físicos, sin embargo, el origen puede ser psicológico. En el caso de esta paciente, tras años ocultando a su entorno más cercano su sufrimiento, pudo pedir ayuda, y ahora su preocupación es, si podrá volver a tener una vida de calidad, como antes de empezar con sus síntomas.
En esta época que se acerca, la Navidad, sus miedos acechan más que en otras épocas, habrá más encuentros sociales y familiares donde el gran protagonista será la comida, del que Adela ha estado intentado escapar mucho tiempo, con la intención de controlar aquello que mientras más intentas controlar menos controlas.
La cuestión para Adela es, si conseguirá volver a disfrutar de esos encuentros con amigos o familiares, de comidas y celebraciones, sin que su miedo se apodere de ella y le impida desarrollar con normalidad su vida.
La respuesta es pedir ayuda a un profesional, y mediante el trabajo terapéutico en las sesiones lograr encontrar el motivo que originó todos los síntomas desencadenados y el malestar padecido, hasta reducirlo y poder vivir de la manera mas saludable y normalizada posible.
Adela no se quedó mirando cómo su vida se iba limitando, ¿y tú, qué harás?