El síndrome del sabio: descubre lo que pasa cuando la memoria alcanza la excelencia

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A veces nos encontramos con personas que podrían encajar perfectamente en la categoría de genios. Saben de cualquier tema, lo explican y argumentan su posición con una calidad excelsa. Te sabrían decir en qué año se inventó la penicilina o el día que se proclamó la independencia de Brasil.

Aunque, si quizás le preguntas sobre cuántos países tienen el verde presente en su bandera o la sucesión de números primos, no sabrían responderte. Pero hay personas que tienen la capacidad de memorizar detalles tan concretos como ese. Los que podrían dar una clase magistral en este campo son aquellas personas que sufren el síndrome del sabio, también conocido como síndrome de savant.

¿Qué es el síndrome del sabio?

Como hemos mencionado anteriormente, el síndrome del sabio es una afección poco frecuente: los expertos estiman de que lo padece una persona entre un millón. Así que, si hacemos un cálculo rápido, en España debe haber 46 o 47 personas que posean este síndrome.

Este trastorno suele presentarse en personas con discapacidades mentales significativas, como pueden ser en niños diagnosticados con el síndrome del espectro autista. Sus habilidades crecen, a lo largo de su vida, de una manera extraordinaria: la hipercalculia (capacidad de realizar cálculos matemáticos precisos en poco tiempo), habilidades artísticas, musicales o una memoria prodigiosa son las capacidades habituales.

Si eres una ávida lectora quizás te suene un libro escrito por Mark Haddon, El curioso incidente del perro a medianoche. Este libro es una lectura frecuente en secundaria y, además, está narrada en primera persona por Christopher John Francis Boone, un chico de 15 años que padece autismo.

En el desarrollo de la historia, podemos observar un claro ejemplo de este síndrome en este personaje. Christopher posee una memoria fotográfica increíble y una facilidad pasmosa con las operaciones matemáticas.

¿Qué síntomas presentan las personas con el síndrome del sabio?

El ejemplo de Christopher resume a la perfección las habilidades de estas personas, tanto la parte positiva como la negativa. Van desarrollando sus increíbles capacidades y su escasa sociabilidad desde los inicios de su infancia:

  • Habilidades extraordinarias: La habilidad de la memoria, en todas sus vertientes, es la capacidad más frecuente. Hay casos de personas que sabrían tocar la novena sinfonía de Beethoven con tan solo escucharla una vez, o pintar dibujos hiperrealistas de diversos objetos que acaban de cruzarse de camino a casa.
  • Falta de entendimiento de la sociedad y la gente que les rodea: Las habilidades sociales suelen ser limitadas, por no decir inexistentes. Estas personas suelen poseer un mundo interior en el que no se muestra ni un resquicio de sus sentimientos y emociones hacia el exterior. Ni siquiera con la gente más cercana. Rehúyen de cualquier acercamiento de cualquier desconocido y, por supuesto, evitan el contacto físico.
  • Incapacidad para mantener una conversación: Es complicado para ellos encajar en cualquier diálogo cotidiano. Estas personas no comprenden chistes o ironías, lo que genera incomodidad en ellos al estar en una situación que escapa de su control. Suelen responder sin sentido a preguntas o repetir una palabra varias veces en un período corto de tiempo.

Síndrome del sabio: ¿Se nace o se hace?

A parte de la gente que nace con el síndrome del espectro autista y progresan, al mismo tiempo, el síndrome del sabio o savant, hay un prototipo de personas que adquieren el síndrome.

El patrón que presentan las personas sobre cómo adquieren el síndrome suele repetirse: sufren un accidente, conlleva una lesión cerebral y, a partir de ahí, se vuelven unos absolutos genios en una determinada materia, como la gente que ya poseía la patología desde los inicios de su vida.

Uno de los casos que más llamó la atención es el de Jason Padgett, quien en su juventud era el típico bala perdida, que sólo ponía interés en la fiesta y el alcohol. Hasta que el 13 de septiembre de 2002 fue asaltado por dos hombres que le asestaron una paliza que provocó su traslado al hospital.

Allí, descubrió que podría ver fractales en todos los objetos de su alrededor, incluso el agua. Comenzó a dibujar de forma compulsiva fractales hasta que se matriculó en geometría fractal.

¿Tiene tratamiento?

Las capacidades que poseen, cada uno en su terreno, son extraordinarias y pueden servir de ayuda en situaciones concretas. El tratamiento que deben seguir, junto con un profesional, es explotar y abrirse al mundo mediante las habilidades sociales, mientras conservan sus virtudes.

Una mejora en su capacidad comunicativa y social va a la par con una evolución positiva en su calidad de vida. Alguno de las pasos que debe estar presentes en el tratamiento son:

  • Ejercicios que impliquen instrucciones directas: Explicando con todo tipo de detalles lo que tienen que hacer y cómo lo tienen que ejecutar. Si se recrean situaciones cotidianas, comunes a lo que se pueden enfrentar sería lo idóneo. Los juegos de rol es la práctica más utilizada.
  • Dar apoyo para mejorar la comunicación y la integración sensorial: Esta parte del tratamiento puede realizarse con un soporte gráfico, como pueden ser vídeos o fotografías, para que el paciente lo interiorice. Es más sencillo entender un mensaje mediante una pequeña historieta que, además, entretenga al paciente.
  • Felicitar los comportamientos que sean correctos: El afectado por el síndrome sentirá una sensación de felicidad por cumplir con los requisitos que le han pedido, y en correlación, su autoestima se verá aumentada porque entenderá que puede comportarse en un entorno diferente al acostumbrado.

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¿Cómo ayuda el psicólogo?

Una especialista debe tener la habilidad de aportar un crecimiento en sus habilidades sociales, a través de la terapia ocupacional. En estas sesiones, los padres / tutores del paciente, son esenciales para el progreso. Estas personas no son abren, emocionalmente, con sus personas conocidas imaginaros cómo se pueden sentir en un entorno extraño, en el que va a estar con un desconocido.

La terapia ocupacional se encarga de que, a base de ciertos ejercicios, el paciente aprenda a cómo comportarse con el resto de la sociedad. Sean conocidos o desconocidos, en diferentes situaciones que pueden resultarle incómodas en un futuro.

En Siquia llevamos desde 2012 ayudando a niños y niñas con problemas derivados del autismo, con el objetivo de mejorar la vida social de estas personas, gracias a nuestras psicólogas infantiles.

Imagen de Iván Herrero
Sobre Iván Herrero Iván Herrero es graduado en periodismo por la Universidad de Valladolid. Escribir, contar y vivir son los tres verbos que más podrían definirle. Cree que la salud mental tiene que ser un tema presente en la sociedad, tras años siendo un asunto tabú, y la sociedad estigmatizaba a quien lo expresa abiertamente.

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