Son muchas las consultas que llegan a los gabinetes de psicología alrededor de la pareja y de cómo establecerla.
A pesar de las connotaciones negativas que tenía el ser soltero o soltera hace tan solo unos años, hoy en día cada vez son más las personas que de una forma consciente y meditada deciden estar sin pareja durante una temporada e, incluso, renunciar a ella definitivamente. Son los singles.
Mucha gente se sorprende de esta decisión, no entienden cómo alguien puede preferir la soledad de la soltería a la compañía de la pareja. Pero aún son más los que se plantean dudas acerca de las relaciones sexuales entre singles.
¿No tener pareja significa no tener sexo?
La respuesta es negativa. Se puede disfrutar del sexo con y sin pareja.
Hay muchos solteros y solteras que aseguran que el sexo siendo soltero es mucho más placentero. ¿Porqué? Por la sencilla razón de que no se sienten atados. Tener la libertad de disfrutar del cuerpo del otro sabiendo que no hay nada que te obliga a estar con él o ella una vez acabe la sesión de sexo es, para muchos, una experiencia muy liberadora.
Son muchos los que aseguran que, de esta manera, pueden focalizarse en su propio cuerpo durante la relación sexual, dejarse llevar más, sin estar tan pendientes de si la otra persona está disfrutando o no.
No es tan fácil tener una cita
Ser single, al contrario de lo que mucha gente piensa, no es sinónimo de ser promiscuo. Es cierto que, de media, los singles suelen tener más parejas sexuales que las personas casadas a lo largo de su vida, pero eso no significa que practiquen más sexo, ni que sea más satisfactorio.
Si eres single o lo has sido alguna vez, sabrás que el primer encuentro nunca es fácil. Y eso no es bueno ni malo, hay a quién le encantan este tipo de emociones fuertes, y a quién no, e intenta evitarlas.
El paso de pedir una cita puede ser ya complicado de por sí. Enfrentarnos a la posibilidad de una negativa siempre produce algo de vértigo, pero vale la pena arriesgarse. El no ya lo tienes, ¿qué pierdes si lo confirmas?
Una vez tienes el sí y tienes claro que tu intención, en esta cita, es llegar al sexo con esa persona, debes empezar a preparar el terreno ya desde el primer momento.
Llevar la cita hasta el final: el encuentro sexual
Horas antes de la cita empiezan los nervios. Las pruebas de vestuario son clave: hay que estar deslumbrante para nuestra cita. Vestir ropa cómoda, de nuestro estilo, hará que mejore nuestra autoestima y que nos sintamos más seguros y resultemos más atractivos. Ponle especial atención a la ropa interior y a los complementos, pueden marcar la diferencia.
Si acostumbras a usar perfume, hazlo también hoy, pero si prefieres ir natural normalmente, hazlo hoy también. Recuerda: lo importante es sentirte cómodo, hay que ir arreglado y preparado pero sin que resulte extremadamente evidente.
Escoger un buen lugar para encontraros será importante. Un sitio que os resulte nuevo a los dos y en el que podáis mantener una buena charla antes de pasar a la acción. Si decidís cenar juntos, escoged un sitio en el que comáis bien, pero sin atiborraros ni de comida ni de alcohol. El estómago lleno provoca somnolencia y el alcohol en exceso disminuye la capacidad de respuesta sexual.
A medida que transcurra la cita, irás dándote cuenta de si realmente quieres tener sexo con la persona que tienes delante o no. Si es un sí rotundo, ves mostrando tu predisposición poco a poco, siendo sutil y elegante, que no sienta que le estás presionando. Si es un no, no hay problema. Nadie te obliga a tener sexo con una persona que no quieres. Recuerda que no le debes explicaciones a nadie. Si después de cenar no te apetece tener sexo con esta persona, no lo hagas. Retírate con una excusa educada o díselo directamente si es que él o ella está realmente muy lanzado.
Si existe sintonía entre los dos y os vais acercando sutilmente el uno al otro, sentiréis la necesidad de ir a algún sitio donde podáis darle rienda suelta a vuestra pasión sin problemas. ¿Su casa? ¿La tuya? Hay ventajas e inconvenientes en ambas opciones.
Si decides que sea tu casa la que sea testigo de vuestra pasión, debes saber que puede resultar incómodo el momento de la despedida. Quizá tú quieras que se vaya rápido pero él o ella prefiera quedarse a dormir.
Si vais a ir a su casa, el inconveniente va a ser que tu jugarás en terreno desconocido. Puede ser un aliciente, pero también puedes encontrarte con algo que no te guste. En todo caso serás libre en todo momento de decidir salir por la puerta, llegado el caso.
También podéis decidir ir a un hotel. Es una buena opción que os permite jugar con un montón de posibilidades. Seguro que en tu ciudad hay incluso hoteles de encuentros furtivos de aquellos que alquilan habitaciones por horas. Puede ser una buena excusa para probarlos, y puede resultar una experiencia muy excitante.
Y después, ¿qué?
Una vez hayáis culminado vuestro encuentro sexual llega el momento, para muchos, más difícil. La despedida. ¿Pensará que quiero algo serio? ¿Entenderá que sólo quiero sexo? ¿Se ofenderá si se lo digo?
Aquí deberás hacer gala de toda tu galantería social y comunicativa. Déjale claro qué es lo que quieres de ahora en adelante. Y si no lo tienes claro, díselo también. La sinceridad, aunque en estas ocasiones puede ser complicada, nos dará, a la larga, menos quebraderos de cabeza.
En todo caso, como verás, la comunicación será clave en todo el proceso de la cita. Sé siempre tu mismo y no tengas miedo a los encuentros a solas con otras personas. Si salen bien te llevarás un bonito recuerdo, una buena experiencia sexual y, quizás, un amigo o una pareja para siempre. Si salen mal podrás extraer un gran aprendizaje y hacerlo mejor en las siguientes.
Si tienes miedo a encarar una cita, o dudas respecto a las relaciones sexuales puedes contactar con un psicólogo especializado para que te asesore y te ayude a liberarte de la tensión que te producen.
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