trastorno bipolar siquiaInfinidad de veces usamos la expresión «soy bipolar» o «pareces bipolar» sin saber realmente lo que significa. En este artículo vamos a exponer brevemente en qué consiste el trastorno bipolar, qué tipos podemos distinguir, cuáles son sus síntomas y de qué formas podemos tratarlo.

Qué es el Trastorno Bipolar

En términos cotidianos podríamos definir el Trastorno Bipolar como una «montaña rusa emocional«, una continuación de altos y bajos afectivos que sobrepasan los límites normativos tanto para la alegría como para la tristeza.

Desde el punto de vista de la persona con Trastorno Bipolar, la sensación más común es que las emociones se adueñan totalmente de la conducta y los pensamientos del sujeto. El estado de ánimo ya no cumple su función de ayudar a la persona a adaptarse a sus circunstancias.

Tipos de Trastorno Bipolar

Según el DSM- 5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, publicado por la Asociación Americana de Psiquatría, APA, en 2013), podemos distinguir entre:

Trastorno Bipolar I (manía – depresión)

Para su diagnóstico es necesaria la ocurrencia de un episodio maníaco, esto es, un periodo de tiempo (mínimo una semana, la mayor parte del tiempo y casi todos los días) de estado de ánimo anormalmente elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal de la actividad o la energía dirigida a un objetivo. Además de esto, han de manifestarse al mismo tiempo, al menos tres de los síntomas siguientes:

• Aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza.

• Disminución de la necesidad de dormir.

• Más hablador de lo habitual.

• Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad.

• Facilidad de distracción, según se informa o se observa Anterior o posterior a este episodio maníaco pueden haber existido episodios hipomaníacos o de depresión mayor. Pero se necesita al menos de un episodio maníaco para el diagnóstico de TB I.

Trastorno Bipolar II (hipomanía – depresión)

Para el diagnóstico de Trastorno Bipolar II ha de darse, al menos, un episodio hipomaníaco definido por un estado de ánimo anormalmente elevado, expansivo o irritable sin llegar a ser maníaco, que dura como mínimo 4 días, la mayor parte del día, casi todos los días. También han de darse al menos 3 de los síntomas de los expuestos para el TB I.

Anterior o posterior a este episodio hipomaníaco puede haber un episodio de depresión mayor.

Cómo saber si una persona tiene Trastorno Bipolar

El diagnóstico solo puede ser realizado por profesionales de la salud mental, que se basarán en la historia médica del evaluado y en una exploración psicopatológica. Es un diagnóstico difícil y en la mayor parte de los casos se retrasa en el tiempo. Varios síntomas son comunes a otras enfermedades y en la mayoría de ocasiones se diagnóstica «mal» como una depresión.

Además, el trastorno se presenta con síntomas diferentes en cada persona haciendo distintos a unos sujetos de otros. Normalmente aparece en la adolescencia o principio de la edad adulta. Su inicio suele ser más agudo y la duración puede ir desde días a semanas o meses.

¿Cuál es su tratamiento?

Para el Trastorno Bipolar es necesaria la intervención psicofarmacológica. Para los episodios de remisión, normalmente se administran estabilizadores del ánimo o litio. En las ocasiones que aparecen síntomas de tipo depresivo se recurre a medicamentos antidepresivos, como pueden ser la Clomipramina o la Imipramina. Y, por último desde el ámbito farmacológico, se suelen manejar las fases de manía con medicamentos antimaniacos, antipsicóticos o con neurolépticos.

Desde la psicoterapia y los tratamientos psicosociales, el objetivo es mantener la estabilidad del cuadro clínico y mejorar el desempeño cotidiano. A rasgos generales, se busca llegar a un mayor nivel de autonomía y obtener una óptima calidad de vida. Para todo esto, normalmente se trabaja desde la terapia cognitivo-conductual, lapsicoeducación y el trabajo en habilidades sociales. Otros de los aspectos positivos para las personas con Trastorno Bipolar son:

• La construcción y mantenimiento de una red de apoyo amplia y adecuada, tanto profesionales (profesionales de la salud mental) como naturales (familia, amigos, compañeros, etc.)

• El apoyo de la familia