La segunda sesión con Elisa -de 15 años- iba muy bien hasta que, poco antes de acabar, saco un autorregistro y le explico la importancia de cumplimentarlo hasta nuestra próxima sesión, la siguiente semana. Es lo que los psicólogos llamamos “tareas para casa”. Veo que me observa perpleja “o sea, que encima ¡me mandas deberes!”. Tranquilamente le explico que no son deberes y los motivos por los que no son necesarias, pero Elisa ya hace rato que no atiende a razones “anda que si no hago los deberes del cole, voy a hacer los tuyos”. Tres meses después, Elisa es quien explica a otros pacientes durante las terapias de grupo, lo “beneficiosas que son las tareas para casa” y cómo le han ayudado a progresar a ella.

Qué tareas se suelen mandar en terapia

12 situaciones en las que deberías plantearte ir al psicólogo 2Ante todo, aclarar que no todos los psicólogos tenemos la misma orientación psicoterapéutica y, por tanto, lo que puede ser importante para unos, puede dejarlo de ser para otros. Así, desde la perspectiva de la orientación cognitiva-conductual, que es en la que me muevo, las tareas para casa son una parte fundamental ya que con ellas se trabaja para que los cambios cognitivo-conductuales conseguidos durante la sesión, se interioricen y estabilicen hasta llegar a la siguiente sesión, consiguiendo que el paciente adquiera mayor autonomía respecto de su psicólogo.

Además, dependiendo de si estas tareas se han realizado o no, si se han hecho a medias, si son incorrectas,… En la siguiente sesión se puede valorar el grado de implicación y compromiso del paciente respecto de su propio proceso pero, también, aportan elementos al psicólogo para ver si él mismo tiene que cambiar el rumbo de la terapia o introducir cambios.

¿Cuándo se dan las tareas para casa?

A la vez que el psicólogo, ya atienda en terapia presencial o terapia online, cuando diseña la intervención, también define las tareas para casa. Se dan en cada sesión, al final, y con una dificultad progresiva. Al principio serán relativamente fáciles y rápidas de hacer y, al aproximarse hacia el final, requerirán de un mayor proceso reflexivo.

Existe una etapa intermedia en la cual el terapeuta y el paciente pueden escoger juntos la terapia para casa siempre y cuando no se pierdan de vista los objetivos de la terapia.

Lo ideal es que, en las últimas sesiones, sea el propio paciente quien diseñe y realice las tareas que crea más conveniente y que sólo requiera supervisión del psicólogo porque ello significa que habrá aumentado su confianza y seguridad.

¿Hay diferentes tipos de tareas?

Hay dos modelos fundamentales:

1) Permanentes. Son ejemplos característicos:

  • Autorregistros para controlar pensamientos negativos, con pruebas a favor, pruebas en contra y generación de un pensamiento alternativo, por ejemplo. Es importante hacer estos autorregistros desde la primera sesión e introducir variables como la emoción sentida cuando se ha tenido el pensamiento automático y su intensidad (0-10), la conducta llevada a cabo, las consecuencias físicas y emocionales, si se hubiera podido hacer otra cosa… Cada una de las variables se introducen de forma progresiva.
  • Biblioterapia. Es importante que el paciente no sólo lea libros que le hayamos recomendado sino que, también, anote todo aquello con lo que está en acuerdo o desacuerdo o sobre lo que tiene dudas y necesita preguntar.
  • Cineterapia. Es importante que el paciente vea la película que le hemos recomendado de una forma activa y parecida a la biblioterapia.
  • Técnicas de respiración y relajación que hemos trabajado en la sesión y que se pueden practicar en distintas situaciones, llenar gráficos acerca de los niveles de relajación o de la dificultad para respirar en dichas situaciones.
  • Técnicas asertivas aprendidas en la sesión, por ejemplo, a través del role-playing y que se pueden usar para afrontar determinadas situaciones de comunicación personal que nos resultan dificultosas.

2) Adicionales

Son tareas que sólo sirven para algunas sesiones en concreto, por ejemplo, para aumentar o profundizar en la lista de objetivos de su terapia, para realizar un listado de pensamientos negativos… De manera que se pueda aplicar, por ejemplo, reestructuración cognitiva de los pensamientos que figuran en dicho listado.

Al llegar al final de la terapia, es importante que las tareas para casa se centren en la psicoeducación sobre los signos de alarma y puede ser interesante que el paciente revise todas sus tareas anteriores y aprenda a reaccionar a las dificultades. Para cualquier duda, sigue teniendo al psicólogo de apoyo.

Si son tan útiles ¿por qué hay pacientes reticentes a hacer tareas?

psicologos12En primer lugar, esta es una afirmación excesivamente categórica; no se puede decir que todos los pacientes no hagan todas las tareas para casa durante toda la terapia porque estaríamos distorsionando cognitivamente lo que ocurre.

La realidad es que, en ocasiones, algunos pacientes no hacen algunas tareas para casa y no es porque no quieran hacerlas – aunque alguno puede haber, obviamente – porque irse convencidos de la consulta acerca de la eficacia de las tareas, se van. ¿Qué ocurre entonces?

  • Mala organización del tiempo y de los recursos. Entre ellos, el más frecuente, “esto lo hago en dos minutos” y, a poder ser los dos minutos antes de la sesión – hay quien, incluso, en la sala de espera – con lo cual el beneficio que se espera obtener, desaparece.
  • No saber para qué sirve realmente. Una de las causas más frecuentes es que los psicólogos vamos rápido y , quizá, deberíamos poner más cuidado y tiempo a explicar bien la tarea para casa y el paciente a notarlo correctamente, ya que muchos se confían.
  • Dificultad excesiva. La tarea ha de ser personalizada para maximizar su eficacia.
  • Perfeccionismo. Aunque la perfección no existe, algunos pacientes tienen una elevada cognición disfuncional acerca de la necesidad de ser perfectos y, por ello, sería necesario diseñarles tareas con errores.
  • Terapeuta. Aunque pueda parecer una paradoja, así es. Aceptar que el paciente no haga la tarea de forma repetida, no es bueno para la terapia. Por tanto, el psicoterapeuta debe pensar qué pasa por su mente o cuáles son sus creencias limitantes cuando debe dar una tarea para casa.

Pautas para cuando no se han hecho las tareas para casa

Es muy posible que lleguemos a la siguiente sesión y, a pesar de que una parcela de tiempo inicial debe estar dedicada a hacer un seguimiento de las tareas para casa, el paciente prefiera hablar de un tema que le tiene altamente preocupado. Quizá porque ha ocurrido algo a lo que no sabe cómo enfrentarse o, incluso, hace esfuerzos conscientes por desviar la atención de las tareas.

Sin embargo, ya en la primera sesión, paciente y terapeuta deberían haber pactado una estructura de la sesión consistente en un tiempo inicial reservado a ver las tareas de la sesión anterior porque, probablemente, todo el contenido de la presente sesión gire en torno a dichas tareas que deberían estar interiorizadas. Todo ello, no implica que no se pueda hablar sobre este tema que tanto preocupa al paciente, obviamente.

Si el paciente no ha hecho las tareas para casa:

  • No le vamos a dar un ”sermón” acerca de la importancia de hacerlas. Al fin y al cabo, es una consulta, no una guardería. Ellos son pacientes y no niños a los que nosotros, psicólogos/profes, les debamos reñir porque no han traído los deberes hechos. Lo que buscamos es que nuestros pacientes se conviertan en personas autosuficientes, autonómas, autoconfiadas y con seguridad y, por ello, se debe empezar desde el principio.
  • No nos podemos enfadar. Si no ha puesto en marcha lo que le hemos sugerido, por su bien, deberá tener sus razones.
  • No le culparemos. En absoluto. Ni si quiera le pondremos una responsabilidad que es nuestra; nos deberíamos haber explicado mejor, más tranquilamente, con más lentitud…
  • No le vamos a ignorar. Si una persona no hace lo que le dijimos, hace justo todo lo contrario o hace lo que le dijimos pero introduce modificaciones, nos está hablando de cómo quiere que sea su terapia, igual le deberíamos prestar mucha pero mucha atención…

Cuáles son los beneficios de las tareas para casa durante la terapia con el psicólogo

  • Disminuye la dependencia que tendrás hacia tu terapeuta. Las tareas para casa te permiten ver que, con todo lo aprendido, una vez acabado todo tu proceso de terapia, ya no necesitas al psicólogo. Serás más independiente y autónomo.
  • Disminuye el tiempo de terapia. Cuánto más cumplidor es un paciente con las tareas, menor es el tiempo de terapia ya que aquellas cosas que hace, en la actualidad, en la consulta, podrá generalizarla a cualquier contexto, con menor coste de dinero y tiempo.
  • Trasladar lo aprendido en la consulta a otros contextos, en situaciones que es más útil, aplicar lo aprendido, para poder mantener los resultados a largo plazo.
  • Mejorar la capacidad de autoconocimiento, siendo más consciente de cómo se piensa, siente y actúa en determinadas situaciones.

Si una psicoterapia funciona y es eficaz es porque proviene de un trabajo colaborativo entre el psicólogo y el paciente. Como digo siempre a mis pacientes, esto es un trabajo al 50%, ¿aceptas?