Psicólogos onlineCuando una persona va a hacer terapia lo hace porque quiere solucionar un problema que está afectando a su vida diaria y la solución a ello es cambiar alguna cosa para poder ponerle solución a lo que le inquieta.

Pero aunque exista esta voluntad de cambio en el paciente, el momento de realizarlo suele ser complicado, la resistencia al cambio es un hecho inherente al ser humano ya que todo cambio genera miedo y este miedo, a su vez, genera la resistencia.

Esta resistencia al cambio es lo que está haciendo que el problema que presenta el paciente se mantenga e incluso empeore ya que el propio miedo genera que la persona se resista a cambiar cualquier cosa por si empeora en vez de mejorar.

En este miedo y esta resistencia es en lo que se centra la Terapia Breve Estratégica (TBE): cuando una persona intenta cambiar por si misma pero tropieza siempre con el mismo problema es porque la resistencia al cambio está provocando una rigidez mental que no le permite contemplar otras soluciones y, por lo tanto, las soluciones que ha buscado y puesto en práctica hasta el momento son lo que está manteniendo el problema.

Vamos a verlo con un ejemplo que hará que quede más claro.

«Marta sufre de agorafobia. Al principio tenía miedo de estar en lugares muy concurridos porque creía que le daría un ataque de ansiedad y no podría salir de allí. La solución a ello fue dejar de ir a estos lugares. Después se dio cuenta de que cuando estaba en el metro o en el avión le pasaba lo mismo. Tenía miedo de tener un ataque de pánico y no poder escapar. Dejó de utilizar el metro y el avión. Poco después empezó a tener miedo de tener un ataque de pánico en cualquier lugar grande y cerrado. Dejó de ir al teatro, al cine y a los centros comerciales. Poco a poco, Marta fue dejando de ir a sitios. Ahora mismo ya prácticamente no puede salir de casa sin que le asalte el miedo a un ataque de pánico que no pueda controlar.»

En este caso, las sucesivas soluciones que ha ido poniendo en práctica Marta son las que están manteniendo y agravando el problema. Es justo ahí donde interviene la Terapia Breve Estratégica.

Historia

Antes de continuar con el caso de Marta y ver cómo se aborda desde la TBE, vamos a ver en qué se basa esta terapia.

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Milton Erickson

Los orígenes de la TBE se encuentran en la perspectiva sistémica y el trabajo de Milton Erickson y Paul Watzlawik. Esta perspectiva se centra no sólo en la persona sino también en todos los sistemas que la rodean en su día a día: la familia, las relaciones sociales, el ambiente, la sociedad, etc.

En base a esos sistemas la persona ha construido su percepción de la realidad, es decir, cada uno tiene una forma de entender las cosas en función de lo que ha experimentado en su vida y de lo que socialmente le han inculcado. La persona, pues, se comporta en base a esta manera de percibir la realidad.

Pero además resulta que esta manera de entender la vida es bastante estática, por lo que la persona a menudo, no es capaz de ver por sí misma cómo se puede interpretar la realidad de otra manera diferente.

Giorgio Nardone adaptó esos conocimientos de la perspectiva sistémica y los unió a sus conocimientos en otras perspectivas de la psicología para crear la TBE, un tipo de terapia breve (en la mayoría de casos se solucionan los problemas en 10 sesiones o menos) y centrada en el cambio de perspectiva de una forma natural, llevando a la persona a cambiar su punto de vista de una forma sutil pero muy eficiente.

Bases

Como ya hemos visto la TBE se aparta bastante de la psicología y la psiquiatría tradicionales, intentando no hacer ningún diagnóstico psicopatológico, es decir, huye de las etiquetas de los pacientes y si las utiliza lo hace simplemente para concretar una de las posibles soluciones.

En TBE se entiende la conducta del paciente no como patológica sino como «funcional» o «disfuncional» en base a la capacidad de ésta de solución del problema.

En resumen, podríamos decir que, según la TBE, los problemas psicológicos del paciente se deben básicamente a su propio sistema de percepción de la realidad, que hace que se generen conductas disfuncionales que llevan a que el problema se perpetúe.

En el caso de Marta tenemos un sistema de creencias en el que la evitación es la solución a los problemas, si le doy la espalda a ellos y no me enfrento, se solucionarán. Esta creencia provoca una serie de conductas disfuncionales que están perpetuando el problema: la evitación genera más ansiedad, en este caso.

Así pues, la TBE afirma que, para darle solución a un problema no es necesario explorar qué lo causó en un inicio sino qué es lo que está haciendo que, en el presente, el problema se mantenga. Para tratar con el problema nos centramos en cómo funciona el mismo.

Sí será interesante explorar el pasado del paciente en tanto en cuanto es necesario saber qué intentos de solución ha llevado a cabo para solucionarlo, ya que en base a ello se entenderá qué creencias están detrás del mantenimiento del problema, y se podrán abordar para darle solución.

La TBE, pues, es un modelo psicológico muy dinámico, en el que las intervenciones no están determinadas por la patología del paciente sino por las soluciones a ésta. A medida que en terapia se van aplicando soluciones, se va viendo cuáles son los efectos obtenidos y se va modificando la intervención en base a ello: se sigue manteniendo lo que funciona y lo que no funciona se cambia inmediatamente.

Psicólogos online¿Cómo funciona la terapia?

La TBE se centra en las soluciones al problema. Es importante el plural ya que no hay una sola solución a un mismo problema, sino que ésta se va modificando en función del paciente, el momento en el que se encuentra y el sistema social que lo rodea, es decir se centra en el presente y en el futuro más que en el pasado.

En las primeras sesiones el terapeuta acompañará y guiará al paciente en la construcción mental de una nueva realidad. Se le pedirá al paciente que imagine cómo sería su vida sin el problema que le ha llevado a consulta y, a partir de ese nuevo escenario mental, se irán construyendo las estrategias más adecuadas para lograr conseguirlo.

¿Cómo se construyen estas estrategias? Pues básicamente centrando la atención y los esfuerzos del paciente en dos cosas:

  • Las excepciones: es decir, aquellos momentos en los que se esperaría que estuviera el problema, pero no estuvo por alguna razón.
  • Las soluciones puestas en práctica: determinar qué soluciones ha intentado dar el paciente y su entorno y comprobar cómo éstas están perpetuando el problema.

En el caso de Marta:

Excepciones:

  • Un día hubo una amenaza de incendio en su casa y tuvieron que desalojarla. Antes de darse cuenta, Marta estaba en la calle, rodeada de gente y sin ningún tipo de miedo a sufrir un ataque de ansiedad.
  • Otro día su hermana, a la que hacía mucho tiempo que no veía, la llamó diciendo que se encontraba en la ciudad por dos horas, mientras esperaba que el tren saliera hasta su ciudad. Marta fue capaz, entonces, de ir hasta la estación y estar un breve tiempo con su hermana, sin prácticamente miedo.

Soluciones:

  • Evitación del problema por parte de la propia Marta.
  • Intensificación del problema por parte de su entorno: cuando sus amigos o familiares quieren ver a Marta van a su casa, evitan que sea ella la que se mueva. Su marido es el que se encarga de hacer la compra y llevar a los niños al colegio todos los días, para que ella no tenga que salir. Incluso, al principio, la jefa de Marta le dio permiso para trabajar desde casa, hasta que la despidieron.

Como vemos, en el caso de Marta, tanto ella como su entorno, han favorecido que el problema se perpetúe, ya que se le han ido concediendo espacios de evitación que le han resultado cómodos. Esto suele suceder, ya que para la familia y los amigos es muy doloroso ver sufrir a una persona que quieren, pero a menudo no son conscientes de cómo ésto puede estar agravando el problema.

En cuanto a las excepciones, aunque son sólo dos se puede intuir un cierto patrón: cuando hay una emergencia o una motivación importante, Marta es capaz de «olvidarse» por un momento de su problema e incluso sobreponerse a él durante un cierto periodo de tiempo.

Es a partir de estas excepciones y soluciones desde donde empezaremos a construir las estrategias para modificar la conducta. En este caso, a Marta se le dieron estas dos indicaciones iniciales:

  1. Cada día, hasta la siguiente sesión, tendría que salir durante 10 minutos de su casa y caminar hacia donde quisiera. Durante esos diez minutos de caminar llevaría un reloj para controlar el tiempo, cada vez que pasara un minuto tenía una tarea a hacer: en los minutos impares debía tocar con las dos palmas de las manos en una pared. En los minutos pares debía dar un giro de 360º sobre sí misma y continuar caminando.
  2. Cuando llegara a casa después de su paseo, debía anotar en un mapa hasta dónde había llegado.

En la siguiente sesión, Marta relató que durante los quince días lo había ido haciendo, aunque algún día no lo hizo, puesto que le entró miedo y se bloqueó.

A pesar de eso, al preguntarle qué tal había ido los días que había conseguido salir relató que, aunque salía de casa con un poco de miedo, se le pasaba enseguida puesto que estaba pendiente de las tareas que debía hacer en esos 10 minutos. Para la siguiente sesión se le dejó la misma tarea, pero esta vez sin un tiempo máximo, es decir, ahora podía salir de casa y caminar hasta que se alejara tanto de su casa como pudiera, repitiendo, cada minuto las indicaciones anteriores.

Al volver al cabo de quince días Marta relató que, al principio lo hizo, pero que luego empezó a salir de casa y cuando llevaba un rato caminando tranquila se daba cuenta de que se olvidaba de los ejercicios de cada minuto porque pensaba en otras cosas y, además, viendo las distancias en el mapa, cada día llegaba más lejos sin problemas.

Así pues, poco a poco y con este tipo de ejercicios, y algunos otros orientados a afianzar la nueva conducta, Marta empezó a volver a salir de nuevo y a introducirse en situaciones que, durante los últimos años ni había soñado repetir.

Por supuesto, la solución que funcionó con Marta no tiene porque funcionar en todos los casos de agorafobia, ni siquiera en alguno de ellos. La TBE diseña una intervención concreta y ajustada a cada paciente, como si le hiciera un traje a medida.

¿Puede ser útil para mi problema?

La TBE se utiliza para todo tipo de problemas psicológicos, demostrando mucha efectividad, sobretodo, en el caso de las fobias y las depresiones, pero pudiéndose aplicar a todos los demás.

Se aplica tanto en terapia individual, como en terapia de pareja o familiar y en todas las edades.

Las ventajas de este tipo de terapia es que ofrecen una solución rápida y efectiva. A menudo el cambio más grande que se produce en el paciente se encuentra entre la primera y la segunda sesión y en unas 10 sesiones se produce el alta del paciente.

Si te interesa este tipo de terapia y quieres comprobar si puede ayudarte, puedes contactar con nuestros psicólogos especializados.

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