La mayoría de personas que acuden a terapia lo hacen buscando solucionar sus problemas de pareja. Como seres sociales, es lógico prestar mucha atención a nuestras relaciones interpersonales. A veces buscamos apoyo en nuestros seres queridos. Otras, encontramos en los demás un espejo donde poder mirarnos. Está más que claro que no podríamos desarrollarnos por completo sin contar con la ayuda de aquellos que nos rodean.
La terapia de pareja da miedo, pero puede salvar tu relación

Dentro de las relaciones que establecemos con las personas de nuestro entorno, una vez alcanzada la edad adulta la pareja suele convertirse en la más importante. En un mundo en el que la madurez parece inseparable de la autonomía, tener a alguien al lado de manera incondicional genera seguridad y aumenta el bienestar.
Por desgracia no todo es perfecto en las relaciones de pareja. Es normal. No hay dos personas iguales y, por lo tanto, no todo el mundo interpreta de la misma manera las situaciones del día a día. Tanto es así que a veces hasta los acontecimientos más insignificantes provocan malentendidos. ¿Quién no ha discutido alguna vez por hacer uno u otro plan, o por ir a este u otro lugar de vacaciones?
Lo ideal sería que, cuando dos personas se comprometan a acompañarse, se hiciesen a la idea de que, tarde o temprano, surgirán los malentendidos y las discusiones.
Pero, como dice el refrán, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Por eso, hasta aquellos que han pasado por numerosas relaciones a lo largo de su vida caen en la trampa y se dejan engañar por el idilio que caracteriza los primeros meses de toda relación amorosa.
De esta manera, cuando aparecen los problemas, muchas personas no se ven capaces de gestionarlos por su cuenta. Las discusiones se repiten, la inseguridad crece y sentimientos como el rencor y la desconfianza van haciendo mella en la relación. En este momento, muchas personas se plantean acudir a terapia psicológica, con la intención de tomar las decisiones correctas y poder revitalizar su relación.
Si es tu caso, quizá la terapia de pareja sea la mejor opción.

¿En qué se diferencia la terapia de pareja de la terapia individual?
Muchas personas acuden a terapia de manera individual, buscando solucionar un problema relacionado con su pareja. Esto ocurre porque, en ocasiones, la línea que separa los problemas personales de los problemas de la pareja es difusa.
Por ejemplo, la inseguridad suele ser un problema habitual en las relaciones de pareja. Sin embargo, esta inseguridad puede tener diversos orígenes.
Contemplemos los siguientes supuestos:
- Por un lado, tenemos a una mujer que se plantea acudir a terapia a causa de la inseguridad. Aunque siempre ha estado segura de sí misma, desde hace un tiempo su pareja la compara constantemente con otras mujeres y teme que le pueda ser infiel con otras personas.
- Por el otro, tenemos a un hombre que también teme que su pareja le engañe con otra persona. Aunque no hay nada que le haya hecho sospechar, no se fía de nadie desde que su anterior pareja le fue infiel.
En el primero de los casos, sería pertinente ir a terapia de pareja, pues el problema afecta y surge de la relación en sí. En el segundo, sería más conveniente acudir a terapia individual, puesto que es necesario curar una herida emocional de uno de los miembros.
Pero también es posible que los problemas personales de una de las personas que forman una pareja afecten a la relación en sí. En este caso, convendría combinar la terapia de pareja con la terapia individual (con otro psicólogo) para el afectado.
Resumiendo, es el origen de los problemas el que determina el tipo de terapia adecuado. Si el problema surge de la pareja, sería necesario acudir a terapia de pareja; si el problema surge de uno de los individuos, entonces sería mejor acudir a terapia individual.

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Infidelidad
Si una relación de pareja se basa en la confianza mutua, es fácil entender por qué las infidelidades representan uno de los peores problemas a los que se pueden enfrentar los miembros de una relación.
Al entablar una relación de carácter romántico, es común que ambas partes lleguen a un acuerdo, que puede ser tácito o explícito, sobre la exclusividad de la relación. En el momento en el que una de las dos partes es infiel, rompe ese acuerdo de manera desleal.
Por eso lo más común en estas situaciones es que la víctima de la infidelidad se sienta dolida y decepcionada. No obstante, también hay personas que se sienten responsables de la infidelidad de su pareja y se obsesionan con la idea de haber hecho algo para provocar el engaño.
En cualquiera de los casos, es posible que ambas partes decidan seguir adelante con la relación. Es en este momento cuando muchas parejas toman la decisión de acudir a terapia, con la intención de fortalecer la confianza y curar las heridas emocionales.
Problemas de comunicación
La comunicación es un factor importante en cualquier relación. Pero, si tenemos en cuenta que una relación de pareja sana se debe basar en la confianza y el apoyo mutuo, podemos afirmar que tener una buena comunicación en pareja es absolutamente fundamental.
Los problemas de comunicación pueden ser de distinta naturaleza. Mientras que algunas parejas con dificultades para comunicarse optan por no hablar de nada importante, otras intentan enfrentarse a esas charlas sin utilizar el enfoque correcto y acaban cayendo en discusiones.
Cuando decimos que la comunicación es importante nos referimos, en realidad, a la buena comunicación. Para ello es necesario hablar, sí, pero hacerlo claramente, sin acusar al otro, y estando dispuestos a escuchar lo que tenga que decir después.
En definitiva, las claves para una buena comunicación son:
- La asertividad: la comunicación asertiva se caracteriza por la exposición de ideas de manera clara y respetuosa. Aquí no caben los ataques ni las críticas: es imprescindible escoger las palabras con cuidado para no herir al otro. Esto no quiere decir que no se pueda hablar de los problemas, tan solo es necesario cambiar el enfoque: en lugar de centrarse en lo que hace el otro, conviene centrarse en cómo nos hacen sentir sus actos.
- La escucha activa: oír no es lo mismo que escuchar y ser oído no es lo mismo que ser escuchado. Mientras que el acto de oír siempre es pasivo, algo que se hace porque no se tiene más remedio, la escucha siempre es activa. Es importante que tu pareja entienda que la estás escuchando. Mantener el contacto visual mientras se habla, asentir de vez en cuando y hacer un breve resumen de lo que te ha dicho es una buena forma de transmitir reciprocidad.
- La sinceridad: con la intención de evitar los problemas, algunas personas optan por reprimir aquello que sienten o piensan. Nada más lejos de la realidad. Aunque es cierto que el silencio puede evitar las discusiones, no evitará los problemas. Es más, tan solo logrará acrecentar tu malestar, pues será imposible encontrar soluciones a esos problemas que tanto callas.

Diferentes perspectivas de futuro
¿Tener hijos o no tenerlos? ¿Irse a vivir al extranjero o quedarse en el país de origen? ¿Aceptar ese trabajo de ensueño en otra ciudad o seguir en el lugar de siempre, acompañado de familia y amigos?
Algunas parejas no logran ponerse de acuerdo respecto a sus planes de futuro, ya sea a largo o corto plazo. Llegado el momento estos temas, que suelen aplazarse para evitar los conflictos, se vuelven acuciantes y toca tomar una decisión.
Sin embargo, se trata de una decisión difícil. Elegir entre la persona a la que quieres y tus propios deseos supone un gran conflicto.
En estos casos puede ser productivo acudir a terapia de pareja con el fin de revisar los deseos de cada uno. En ocasiones, el miedo o los prejuicios provocan la evitación de ciertas situaciones que, con trabajo, pueden acabar siendo beneficiosas para uno mismo.
Problemas externos a la pareja
De vez en cuando llegan a consulta parejas que, pese a entenderse perfectamente y quererse de manera incondicional, se ven afectados por aquello que les rodea. Entre los problemas externos más comunes encontramos la falta de aceptación por parte de la familia y los amigos, que puede repercutir gravemente en la vida de la pareja.
¿Cuál es el papel del psicólogo en la terapia de pareja?
El psicólogo encargado de dirigir la terapia de pareja debe ser un profesional titulado y colegiado. Su labor consiste en conocer a la pareja, evaluar su relación y sus problemas y ofrecer una serie de herramientas que les ayudarán a superar el problema que les atañe y, con suerte, también futuros problemas.
El terapeuta siempre debe abordar la terapia desde un enfoque neutral y objetivo. En ningún momento debe juzgar ni posicionarse a favor o en contra de alguno de los miembros. Además, procurará que la consulta se convierta en un lugar donde ambos puedan expresarse libremente.
Como en cualquier terapia, al menos la primera sesión se dedicará a evaluar la situación de la pareja. Para ello, es necesario que los miembros de la pareja expliquen sin tapujos qué les ha llevado hasta ahí para que, a partir de ese momento, el o la terapeuta pueda decidir qué técnicas y herramientas utilizar.

¿Cuáles son las terapias más comunes?
- La terapia cognitivo-conductual incide en las creencias y pensamientos de los miembros de la pareja, con el fin de modificar sus conductas. Es el tipo de terapia más común y suele dar grandes resultados
- La terapia sistémica contempla a la pareja como un sistema humano y se centra en su manera de interactuar. Es muy útil a la hora de abordar problemas de comunicación.
- La terapia humanista se centra en el autoconocimiento y apuesta por el autodescubrimiento de cada uno de los miembros de la pareja.
- La terapia constructivista estudia el significado que cada individuo da a sus experiencias. Supone un enfoque muy interesante en la terapia de pareja, puesto que explica las diferentes percepciones que cada uno de los miembros de la relación tiene sobre aquello que les sucede.
Ventajas de acudir a un psicólogo online para solucionar los problemas de pareja
Las primeras veces acudir a terapia asusta. Aunque es un paso importante para procurar el propio bienestar y el de la pareja, la perspectiva de acudir a consulta y encontrarse cara a cara con una persona que cuyo cometido es evaluar vuestra relación puede generar estrés.
En este contexto, acudir a terapia con un psicólogo online puede hacer que esta experiencia sea más amable y llevadera. En Siquia llevamos diez años atendiendo a pacientes de manera online y, a lo largo de nuestra trayectoria, hemos sido capaces de ayudar a más de 1600 personas.
Todas estas personas han elegido Siquia por estos motivos:
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- Es flexible y solo pagas aquellas sesiones a las que vas.
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