Si nos remontamos al año 1995, Albert Ellis, fundador y presidente emérito del Albert Ellis Institute de Nueva York, dio lugar a la terapia racional emotivo-conductual. Ellis fue considerado durante mucho tiempo uno de los psicoterapeutas con más influencia a lo largo de toda la historia, superando incluso al famoso Sigmund Freud. Siguiendo con las fechas, fue en 1953 cuando consideró el psicoanálisis como algo muy poco eficaz y nada filosófico. De esta manera, mostró además su rechazo a la terapia conductual.

Durante los dos años siguientes enriqueció sus armas terapéuticas con una gran cantidad de filosofía y desensibilización en vivo. Con todo ello se convirtió en un gran terapeuta racional emotivo-conductual. En un primer momento se trataba de una terapia simple que no llegaba a gozar de la popularidad que más tarde terminaría alcanzado. Era un método breve de psicoterapia cuyo objetivo era servir de ayuda a aquellas personas que pretendían alcanzar un gran cambio, sobre todo a nivel emocional.

A lo largo del tiempo, esta modalidad de psicoterapia ha demostrado que, haciendo uso de ella, los pacientes consiguen mejoras significativas en periodos relativamente cortos.

¿En qué consiste exactamente esta modalidad de terapia psicológica?

En primer lugar, hemos de destacar el hecho de que la población tienen a vivir dentro de un contexto social y físico que nos obliga constantemente a alcanzar una serie de fines o metas tales como disfrutar de la vida, tener ocio y tiempo de juego, hallar el sentido de la existencia humana, mantener relaciones de intimidad o intentar alcanzar objetivos que den lugar a una vocación. Aquí es cuando entra en juego el modelo ABC.

Al perseguir estos fines o metas, podemos toparnos con una adversidad que nos deja en un estado de bloqueo que nos hace sentir que hemos fracasado. Esta situación es designada por Ellis con la letra A. En el momento en el que se da esta situación se genera una experiencia útil y saludable para las personas que lo sufren. Por otro lado, no se descarga que conlleve también consecuencias negativas o no saludables.

Dichas consecuencias son designadas con la letra C. La letra B, por su parte, se utiliza para hacer referencia a aquellos pensamientos o creencias que son propios de la persona, pudiendo encontrar dos tipos: las creencias racionales y las irracionales.

Creencias racionales e irracionales

terapia ellisLas creencias racionales son aquellas que nos ayudan en cuanto al enfrentamiento de las situaciones desagradables. Generalmente son deseos, preferencias y esperanzas.

Las creencias irracionales son aquellas que nos ayudan a producir sentimientos y acciones que sabotean el hecho de poder afrontar una situación desagradable. Suelen ser afirmaciones como «tengo que», «debería», «tendría que»…

Las tres afirmaciones abosolutistas básicas generadoras de problemas psicológicos son las siguientes:

  • “Debo tener éxito en la mayoría de mis actuaciones y relaciones. De no ser así, como persona soy alguien inadecuado e inútil”.
  • “El resto de la gente debe, absolutamente, tratarme con consideración, justicia, respeto y amabilidad. De lo contrario, no son tan buenos como dicen y no merecen alcanzar la felicidad mientras vivan”.
  • “Las condiciones bajo las que vivo deben ser absolutamente confortables, placenteras y valiosas. De lo contrario, será algo horrible, no lo soportaré y todo este maldito mundo será asqueroso”.

Los tres supuestos principales de la terapia Racional Emotivo-Conductual de Ellis

  1. Los acontecimientos activadores (A) son vistos como situaciones que no agradan o momentos adversos. Sin embargo, ayudan de forma muy especial al desarrollo de nuestras condiciones neuróticas (C). No obstante, esto no quiere decir que solo existan estas causas para el neuroticismo. Seguramente la causa primordial será la situación B que hace referencia a aquellos pensamientos absolutistas que la gente asume sobre la A. De esta manera, B y A interactúan para dar lugar a C.
  2. En el momento en el que las personas piensan o actúan neuróticamente dan lugar a creencias irracionales, motivadas por acontecimientos desagradables (A). Es posible que estos comportamientos desaparezcan con el tiempo. En el momento en el que surgen síntomas en el presente, se están recreando y restableciendo las creencias irracionales que hacen que se mantengan los problemas. Sus pensamientos, sentimientos y conductas del pasado no tienen que mantenerse en el presente ya que continuamente se modifican las creencias.
  3. Generalmente las personas consideran que es sencillo el hecho de descubrir creencias irracionales. En la mayoría de los casos es posible su discusión y sustitución por creencias con mayor funcionalidad. Para ello se necesita trabajo, constancia y paciencia.

Estas propuestas llevadas a cabo por Ellis han tenido una gran utilidad en cuanto al tratamiento de la ansiedad, la ira, la timidez, las disyunciones sexuales o la fobia social. Su impacto ha repercutido en otras teorías cognitivo-conductuales como la terapia del comportamiento racional de Clarence o la cognitiva de Aaron T.Beck.