Entrevistamos a María Martínez Murillo, psicóloga especializada en Terapia Vital y Terapia Sexual y de Pareja.
María trabaja sobretodo en la orientación psicológica y sexológica para jóvenes, ofreciendo asesoramiento a través de su web, Psicoblogger.
También está vinculada al IPAB (Instituto Psicológico Antonio Bolinches) donde atiende consultas de pacientes basándose en la Terapia Vital, un tipo de terapia basada en la seguridad personal como herramienta principal para que el paciente pueda convertirse en terapeuta de si mismo.
¿A quiénes están orientados tus servicios?
Como responsable del área joven, mis servicios están orientados principalmente a jóvenes y adolescentes (de 16 a 30 años aproximadamente). Sin embargo, si algún adulto quiere visitarse conmigo no dejo de atenderlo por cuestiones de edad.
¿Cuáles son los problemas más frecuentes con los que te encuentras en tus pacientes? ¿Hay alguna pauta común que les puedes dar para orientarlos en su resolución?
Los problemas más frecuentes en el ámbito psicológico están relacionados con la inseguridad personal, la ansiedad y un bajo estado de ánimo. En terapia sexual, las dificultades más habituales de las mujeres son la ausencia de orgasmo y de deseo sexual y, de los hombres, problemas para conseguir y mantener la erección y la eyaculación precoz.
Además, frecuentemente realizo asesoramiento sexológico porque en muchas dificultades sexuales está presente una educación sexual restrictiva y una información sexual errónea y sesgada.
El objetivo de la terapia es que el paciente adquiera las herramientas adecuadas para superar aquello que le causa malestar y así ganar calidad de vida. Por tanto, no existe una pauta común, ya que cada persona es diferente y las orientaciones proporcionadas variarán en función de cada caso.
¿Qué tipo de terapia aplicas? ¿Nos podrías describir cómo es una primera sesión?
El tipo de terapia que aplico se ajusta al paciente y a la problemática que presenta, pero todas mis intervenciones se basan en tres puntos importantes.
El primero es que los malos momentos nos ayudan a madurar, es decir, a crecer como persona si los gestionamos de manera adecuada. El segundo es que sólo hay dos maneras de hacer frente a las situaciones problemáticas: si dependen de nosotros, tenemos que cambiarlas inmediatamente y si no dependen de nosotros hay que aprender a vivir con ellas (aceptarlas), mediante diferentes estrategias, para que nos causen el menor malestar posible.
El tercer punto es que todas las personas poseemos la capacidad de superar los problemas, pero es frecuente que nos cueste encontrar el camino apropiado o que no dispongamos de los recursos necesarios para ello. Bajo mi punto de vista, el terapeuta es un guía que facilita las herramientas adecuadas para que la persona mejore su vida en la actualidad y para que pueda afrontar problemas futuros sin la necesidad de acudir a terapia.
La primera sesión consiste en crear un ambiente agradable, donde el paciente se sienta cómodo y seguro para poder expresarse libremente y sin temor a ser juzgado. Cuando se dan estas condiciones se inicia una conversación para conocer al paciente y el problema por el cual ha pedido ayuda.
¿Cuáles son los pasos previos al diagnóstico?
En mi forma de trabajar no suelo diagnosticar a los pacientes, a no ser que sea beneficioso para ellos, porque creo que eso implica ponerles una “etiqueta”, que luego es difícil de abandonar. En lugar de diagnosticar investigo los diferentes factores que están implicados en el problema que presenta el paciente y, a partir de ahí, busco los recursos más adecuados para la persona y empezamos a trabajar.
En ocasiones, son los propios familiares de los pacientes los primeros que se interesan en la búsqueda del profesional para ayudar a su allegado. ¿Cómo se abordan estas situaciones cuando el paciente no es el convencido de acudir a un terapeuta?
Es habitual que los problemas afecten tanto a quien los padece como a las personas de su alrededor. Son situaciones difíciles y no es extraño que los familiares acudan a consulta preocupados por su ser querido. En esta situación, a partir de la información que me proporcionan, intento desangustiarles y facilitarles diversos recursos y actitudes para favorecer que la persona se decida a acudir a terapia.
Si el paciente no quiere asistir, lo único que pueden hacer los allegados es apoyarle y esperar a que pida ayuda, ya que si se le fuerza a ir a terapia es posible que no le sea útil y el paciente descarte un recurso que en otro momento de su vida le puede resultar de utilidad.
¿Qué ventajas consideras que aporta la terapia online al paciente?
Creo que la ventaja principal de la terapia online es que puedes comunicarte desde prácticamente cualquier parte del mundo. También permite continuar la terapia con el mismo psicólogo, aunque el paciente cambie de residencia o esté fuera de la ciudad o del país por
¿A través de qué métodos asesoras y atiendes a los pacientes que están lejos geográficamente de ti?
En la actualidad sólo realizo asesoramiento online porque creo que en la terapia online se pierden aspectos importantes de la terapia presencial. No obstante, en determinadas circunstancias, no tengo ningún problema en realizar alguna intervención vía online.
Es fácil que los pacientes encuentren en internet y otros medios anuncios y reclamos de personas que ejercen actividades terapéuticas o de coach pero que no son psicólogos ni profesionales. ¿Qué le recomiendas a estos pacientes que no saben a quién acudir? ¿Cómo diferenciar del profesional válido del que no lo es?
En primer lugar, les recomiendo que se aseguren que la persona que les atienda tenga la formación necesaria y adecuada para poder ejercer. En segundo lugar, que desconfíen de personas que les ofrezcan “métodos mágicos y rápidos” porque para realizar un cambio en nuestra manera de ver y vivir la vida es necesario un proceso.
Este proceso consiste en darse cuenta de que es imprescindible un cambio, estar preparado para cambiar, decidirse a cambiar y mantenerse en el cambio. Por tanto, aunque el tiempo es variable según la persona, no existen “recetas mágicas”.
En tercer lugar les sugiero que se guíen por las sensaciones que les transmite el terapeuta, ya que le está entregando lo más valioso de tiene, su Yo, su ser, su esencia, por lo tanto es indispensable sentir que ese terapeuta es quien te va a poder guiar en tu proceso personal.
¿Ofreces talleres, charlas, encuentros prácticos con pacientes?
Sí, realizo talleres y charlas según la demanda de los centros que los soliciten. Además, también ofrezco talleres en pequeños grupos para trabajar temáticas específicas según las necesidades y problemáticas de los pacientes.
Estimada María, me gustó leer tus respuestas a la entrevista. Es indudable que la orientación sexual debe ser orientada de forma saludable. En los primeros años de vida son los padres y los espacios formales de educación los que deben tener clara esta tarea, lamentablemente sabemos que existen muchas limitaciones que no contribuyen para que esta orientación sea de forma sólida, consistente y saludable. Son muchos los factores que juegan en contra, los tabús sociales, la formación o deformación de la educación sexual en los padres, familiares cercanos o medios de comunicación, la poca relevancia o consistencia que pueda tener las instituciones educativas en los temas de orientación sexual, entre otros. Una vez producidos los problemas no queda más que iniciar el proceso de resolverlos al lado de una persona que nos ayude como «espejo » a vernos interiormente e iniciar el proceso de tránsito hacia una vida más saludable.