María tiene 37 años y acude a una consulta de terapia sexual porque, desde hace un tiempo, nota que su deseo sexual ha disminuido hasta el punto de que ya nunca le apetece. Se siente triste porque cree que va a provocar que su pareja no quiera seguir con ella y, aunque dice entenderlo, querría solucionar su problema.
Todo lo que siempre quisiste saber sobre la terapia sexual explicado por una psicóloga

Martín tiene 27 años y acude a la consulta porque, en diversas ocasiones, ha sufrido una eyaculación precoz. Se siente preocupado porque él pensaba que era demasiado joven para que le sucedieran “estas cosas” y cree que ya nunca más podrá disfrutar de su sexualidad como lo hacía hasta ahora.
Tanto María como Martín inician terapia sexual y, al cabo de unas cuantas sesiones, ella empieza a recuperar su libido y el problema de Martín está casi resuelto. Sin embargo, ambos acudieron con miedo y vergüenza a la primera sesión ¿Por qué? Debido al desconocimiento, que vamos a tratar de eliminar con este artículo.
¿A que llamamos terapia sexual?
Llamamos así a un tipo de terapia que debe ser realizada por un psicólogo especialista en terapia sexual o sexólogo, por un psiquiatra o, a veces, por un médico especialista. Su objetivo principal es crear o recuperar el bienestar y la satisfacción sexual de la pareja y hacer que las personas afectadas aprendan a disfrutar de su vida sexual.
A veces para lograrlo será necesario superar algún tipo de problema sexual. Sin embargo, también se puede acudir a terapia sexual sólo porque queremos mejorar nuestra capacidad para sentir placer, de forma individual o en pareja y para enriquecer nuestra habilidad para dar y recibir placer.

¿Cuáles son los motivos de consulta más frecuente?
En este caso, tenemos que diferenciar entre hombres y mujeres. Las mujeres suelen llegar a terapia sexual para tratar:
- Deseo sexual inhibido.
- Disfunción orgásmica.
- Patologías como el vaginismo o la dispareunia.
Mientras que los hombres habitualmente llegan a la sesión para consultar acerca de:
- Eyaculación precoz.
- Eyaculación retardada.
- Disfunción eréctil.
- Parafilias.
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Pedir cita¿Cuáles son las causas más habituales de estos problemas?
En general, las disfunciones sexuales tienen causas múltiples que pueden ser simples o complejas. Sin embargo, podemos distinguir entre factores predisponentes, precipitantes y mantenedores de los problemas sexuales.
Entre los factores predisponentes hallamos:
- Información sexual inadecuada.
- Modelos paternos cuyas relaciones han sido conflictivas.
- Inseguridad.
- Expectativas irreales o inadecuadas.
- Educación moral restrictiva.
- Castigos de conductas sexuales en la adolescencia.
Los principales factores precipitantes de una disfunción sexual, tanto en hombres como en mujeres, son:
- Problemas en la relación de pareja.
- Conductas o experiencias inadecuadas en anteriores relaciones.
- Inadaptación a los cambios propios de la edad.
- Disfunción sexual de un miembro de la pareja que pueda acabar afectando al otro.
- Problemas de distinta índole: familiares, personales, laborales…
- Condicionantes psicobiológicos relacionados con el embarazo o el parto.
- Trastornos psicológicos como ansiedad, depresión, fobias, estrés postraumático…
- Existencia de un problema esporádico en una relación anterior.
Los factores mantenedores se producen cuando ya ha aparecido la disfunción. Provocan el mantenimiento de esta, de forma que el paciente entra en un bucle que se debe eliminar mediante la terapia sexual. Entre estos factores encontramos:
- Información sexual inadecuada
- Información inadecuada sobre la propia disfunción.
- Sentimientos de culpa.
- Problemas en la relación de pareja debidos a la disfunción
- Trastornos clínicos: ansiedad, depresión, fobias, adicciones, trastornos alimentarios, trastornos de la imagen corporal…
¿Cómo es una sesión de terapia sexual?
En una sesión de terapia sexual lo primero que hacemos es descartar causas físicas que puedan estar originando el problema. Por ello aconsejaríamos a María que, si no lo ha hecho aún, fuera a su ginecólogo y a Martín que acudiera a una visita con el urólogo.
Una vez descartadas las causas orgánicas solo nos quedan las causas psicológicas por lo que, en sesión, se explora la parte psicológica del paciente, así como sus relaciones interpersonales, entre ellas su relación de pareja, puesto que suelen ser el origen de la disfunción.

En estas sesiones, además, advertiremos a María y a Martín que va a ser necesaria la colaboración de sus parejas para lograr el éxito de la terapia. Sin embargo, no ocurre nada si no tienen pareja estable, la terapia puede seguir adelante. En los casos en los que no haya pareja las tareas para casa se hacen de forma individual.
Las sesiones de terapia sexual duran entre 30 y 50 minutos. El número puede variar en función de la disfunción a tratar, así como de si el paciente hace mucho o poco tiempo que la sufre.
Para el éxito de la terapia va a ser necesaria conseguir un buen rapport o alianza terapéutica. Esto favorecerá la adhesión al tratamiento y hará que el paciente no abandone la terapia hasta llegar al fin del tratamiento.
Una vez acabada la terapia se pueden programar sesiones de seguimiento para reforzar y mantener, a lo largo del tiempo, los cambios conseguidos.
¿Qué técnicas se utilizan?
Son diversas. Entre ellas están:
- Información y psicoeducación sexual.
- Entrenamiento en habilidades sociales y comunicación interpersonal.
- Focalización sensorial.
- Estrategias terapéuticas para la disminución y el control de las emociones negativas relacionadas con la conducta sexual.
- Técnicas de disminución de la ansiedad.
- Método de autoplacer para el deseo sexual inhibido.
- Método de autoafirmación para la disfunción eréctil.
- Método de parada y arranque para la eyaculación precoz.
- Método de autoimplicación para la eyaculación retardada
- Método de autoexcitación para la disfunción orgásmica.
- Métodos de relajación para el vaginismo.
En ocasiones, podemos recomendar la participación de otros especialistas para realizar:
- Fisioterapia de fortalecimiento del suelo pélvico.
- Tratamiento farmacológico, si fuera necesario.
Pautas para una buena salud sexual:
- Hábitos saludables en tu día a día: ejercicio regular, pauta de sueño adecuada, dieta equilibrada, no fumar, reducir el consumo de alcohol y cuidar de la higiene intima.
- No realizar conductas de riesgo a la hora de practicar sexo: usar preservativos para evitar enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados.
- Usar anticonceptivos de distintos tipos: métodos barrera, hormonales, DIU y quirúrgicos. La marcha atrás, en contra de la creencia popular, no sólo no es un método anticonceptivo, sino que es el que provoca más embarazos no deseados.
- Comunicación adecuada y correcta con la pareja, sin miedo ni vergüenza para hacer que la relación sexual sea placentera para ambos.
- Gestión adecuada de las emociones. Consultar a un profesional si fuera necesario.
- Buena información y educación sexual para poder tomar mejores decisiones, conocer más el propio cuerpo y lograr tener relaciones más sanas
- Aprender técnicas de autocontrol y de relajación. De nuevo acudir a un profesional.
- Si los problemas persisten, acudir a un psicólogo especialista en sexología.
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