La vuelta de vacaciones suele ser un periodo complicado para las parejas. Se vuelve a los hábitos, a la rutina, al día a día uniforme y sin grandes variaciones, y esto suele hacer estragos en los vínculos emocionales entre las personas, acabando en un incremento del número de divorcios. La psicóloga Dolors Mas nos habla con un poco más de detenimiento del tema y de las posibles soluciones.
Vacaciones y divorcio

El 28% de los divorcios que se producen en España tienen lugar en el tercer trimestre del año, es decir, en vacaciones. Sin embargo, el número de divorcios también aumenta tras las vacaciones de Semana Santa y Navidades.
Causas del deterioro que aparece en las vacaciones y del aumento de divorcios
Resulta curioso que, en aquel período del año mejor para comunicarse, compartir, interrelacionarse, conocerse aún mejor y expresar los afectos, es cuando parecen sobrevenir los problemas. Obviamente no es tan simple, y una pareja no se rompe si no arrastraba ya problemas de comunicación.
Y allí esta la raíz del problema y de la solución. Durante el año estamos demasiado inmersos en nuestras propias rutinas horarias ya sean laborales, familiares, sociales… que creemos que cuando hablamos, nos entendemos y que es un acto de comunicación.
¡Gran error! No todo el que habla lo hace para el otro, sino para sí mismo. Y no todo aquel que oye, al mismo tiempo, escucha.Por tanto, no siempre que nos estamos hablando, nos estamos comunicando.Y, muchas veces, es por falta de confianza…
Imagina tu relación de pareja como un taburete con tres patas: respeto, confianza y comunicación. Las tres patas se retroalimentan, de modo que cuando una de las patas se rompa, no tardará en hacerlo la otra u otras y nos quedaremos sin taburete, es decir, sin relación y con un costoso divorcio… sin contar la elevada probabilidad de la existencia de hijos que asistirán al derrumbe de la vida que creían su fortaleza.
Para comunicarse adecuadamente no es necesario estar de acuerdo en todo. Es más, es preferible tener un cierto punto de diferencias de opiniones, gustos, preferencias o pareceres pero lo importante es que cada uno de los miembros de la pareja sepa respetar al otro y, a veces, ceda uno y, otras, el otro miembro.
La solución a un problema de comunicación no pasa por el divorcio. La solución es recomponer el diálogo, la honestidad, los afectos. Si lo intentáis y no lo conseguís, acudid a un psicólogo especialista en terapia de pareja quién os ayudará en dicha misión.
El psicólogo Antonio Bolinches, clasifica a las parejas que se divorcian en tres grupos.

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Pedir citaTipos de parejas que se divorcian
- Las “saturadas” son las que presentan peor pronóstico porque las desavenencias afectan a su proyecto vital o a su escala de valores. Se da a partir de los 5 años de convivencia, cuando ya se tienen pocas cosas en común, o de los 10 años, cuando uno de los miembros ha renunciado a su forma de ser para evitar conflictos.
- Las “divergentes” suelen llevar de 15-20 años de convivencia, cada uno tiene sus propios intereses y durante el año tienen bastante autonomía.Pero en verano se dan cuenta que están muy alejadas.
- Las “desencantadas” que son las que acuden más frecuentemente a consulta de terapia. Llevan poco tiempo juntas y , muchas veces, no superan la primera crisis seria que se da en sus primeras o segundas vacaciones.
Poca capacidad de aguante, como vemos, es otro de los factores. Actualmente, sabemos que si no estamos a gusto en una relación esta se puede romper. Lo que en principio fue una liberación, se ha convertido en un “no voy a aguantar las tonterías de nadie” y si no nos gusta lo que dice, hace o piensa, cogemos las maletas y nos vamos de casa. Una relación de pareja es mucho más que eso.
Establecemos nuestra vida en torno a pequeñas rutinas que nos proporcionan estabilidad y comodidad pero, también, cierto aburrimiento. Es entonces cuando consideramos que el “culpable”de esa situación es el otro. En una relación de pareja nunca hay culpables ni inocentes y, por otra parte, siempre deberíamos recapacitar sobre nuestra pequeña aportación a esa porción de aburrimiento, es decir, de “culpabilidad”.
Respecto a la independencia, los horarios y actividades laborales nos hacen más autónomos e independientes del otro. En verano nos vemos obligados a cambiar y compartir. A veces no escuchamos lo que el otro quiere hacer y solo pensamos en lo que nosotros queremos hacer, puesto que hemos perdido esa capacidad de ser dependientes de alguien.
Claves para evitar conflictos en pareja
- Escuchar las peticiones del otro y pactar.
- Ser flexible y ceder de vez en cuando.
- Dedicarle tiempo a su pareja, todo el año.
- Comunicarnos ( escuchar, no solo oír y hablar).
- Si todo ello falla, es el momento de ponerse en contacto con un psicólogo especialista en terapia de pareja que, de forma objetiva, nos pueda ayudar para superar nuestras diferencias.
- Si aún así, nos planteamos el divorcio, dar una última oportunidad y asistir a un mediador familiar.
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