Las víctimas de violencia de género ven el empleo como una vía de escape

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La violencia de género fue un tema tabú en España hasta finales de la década de los 90. Fue entonces cuando los medios de comunicación comenzaron a hacerse eco de un problema que, más de dos décadas después, sigue suponiendo una lacra para nuestra sociedad. El 2020 se saldó con 46 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas; durante ese mismo año se interpusieron 150.785 denuncias por violencia de género.

A medida que aumenta la conciencia social sobre la violencia de género, lo hace también el número de mujeres dispuestas a denunciar a sus agresores. Sin embargo, es necesario escuchar a las propias víctimas, conocer sus necesidades y velar por su integración social. Para ello, la Fundación Adecco elabora cada año su Informe sobre violencia de género y empleo. Su objetivo es «dar voz a las mujeres víctimas de la violencia de género e identificar su situación económica y expectativas profesionales».

El informe ha podido realizarse gracias a la colaboración de 350 mujeres víctimas de violencia de género en situación de desempleo.

¿Cómo afecta el desempleo a las víctimas de violencia de género?

El desempleo ha sido, desde el año 2008, uno de los principales problemas para la ciudadanía española. Millones de personas han engrosado durante años la cola del paro, con la esperanza de escapar de una honda depresión económica que parecía no tener final. En plena recuperación, la llegada del coronavirus supuso un nuevo batacazo para la economía.

Cuando el empleo escasea, las víctimas de violencia de género son unas de las principales afectadas. No es de extrañar, teniendo en cuenta que la dependencia económica supone una importante traba a la hora de denunciar y escapar de los agresores.

«En los periodos de crisis, en los que se dispara el desempleo y las dificultades económicas, cae el volumen de denuncias»

Las cifras del año 2013 reflejan el menor número de denuncias de la última década. Desde la Fundación Adecco han explicado que ese fue precisamente el año en el que España afrontaba «la etapa más dura de la Gran Recesión iniciada en 2008». Del mismo modo, el porcentaje de denuncias disminuyó un 10,2% entre el 2019 y el 2020. Dos factores influyeron en el descenso: el repunte de la crisis económica y la compleja situación de muchas víctimas, que pasaron meses encerradas junto a sus agresores.

El director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, afirma que el empleo es de vital importancia para las víctimas porque «permite debilitar o romper la dependencia económica que muchas veces las vincula con el agresor». El 98% de las encuestadas aseguran que encontrar trabajo les ayudaría a hacerse con el control de su vida.

Los resultados coinciden con lo investigado por la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género: las víctimas sin empleo tardan una media de 13 años en pedir ayuda. Por el contrario, la media para las mujeres con trabajo es de 8 años.

violencia de género

El empleo como clave para la independencia de las víctimas de violencia de género

Con el repunte de la crisis y el consecuente aumento de la pobreza, la gran mayoría de las víctimas tienen dificultades para llegar a fin de mes. En concreto, el 61% de las encuestadas encontraba muchas dificultades para llegar a fin de mes.

Sin embargo, el incremento de su independencia económica no es el único factor que convierte el empleo en un salvavidas para las víctimas. Cuando se preguntó a las víctimas por sus motivos para buscar trabajo, muchas de ellas resaltaron la influencia positiva que el empleo podría ejercer sobre varios aspectos de su vida:

  • Mejoraría su autoestima al contribuir a su autorrealización.
  • Aumentaría su círculo social y, por lo tanto, rebajaría la influencia del agresor sobre su vida.
  • Les permitiría descubrir nuevas motivaciones.

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¿Cómo afrontan las víctimas la búsqueda de empleo?

Aunque vivimos en una sociedad aparentemente comprometida con la lucha contra la violencia de género, las víctimas siguen topándose con dificultades para encontrar empleo.

Los estereotipos se convierten en su talón de Aquiles cuando salen al mercado laboral. Muchas de ellas temen que se las tache de inseguras, conflictivas o absentistas. Por este motivo, el 74% de las encuestadas prefiere no revelar que es víctima de violencia de género cuando solicita un empleo.

«Las situaciones de violencia de género nunca son ocasionadas por la forma de ser de la víctima, sino siempre por el comportamiento y decisión del agresor»

El estigma no solo afecta a las víctimas, que ven peligrar su autonomía. Francisco Mesonero opina que las empresas pierden la oportunidad de contar con empleadas fieles y comprometidas. Además, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ofrece bonificaciones económicas para las compañías que contratan a mujeres víctimas de violencia de género.

Imagen de Lucía Lorenzo
Sobre Lucía Lorenzo Lucía Lorenzo es Graduada en Periodismo por la Universidad de Valladolid, donde descubrió su gran interés por los temas relacionados con la salud, especialmente con la salud mental, la gran olvidada en las enseñanzas universitarias. Entre sus inquietudes se encuentran el feminismo y los derechos LGBT. Ganadora de un premio de relato corto en el año 2013, disfruta escribiendo tanto noticias como ficción.
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