Virginia Satir, la madre de la terapia familiar

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Virginia Satir fue una psicoterapeuta estadounidense del siglo XX que cambió radicalmente el campo de la terapia familiar. En una época difícil y llena de cambios, ella luchó por hacer las vidas de todo el mundo más fáciles, quizás porque su vida medró entre las dificultades.

Virginia Satir

Nacida a principios del siglo XX, con apenas unos años de vida sufrió un apendicitis que estuvo a punto de truncar su destino. La que más tarde se convertiría en una científica de renombre en el campo de la terapia psicológica, miró de cerca a la muerte cuando su madre, profundamente cristiana, se negó a llevarla a un médico. Fue su padre quien tomó la decisión de llevarla al hospital, pero el deplorable estado de su apéndice hizo que Satir tuviese que pasar meses internada, rodeada de médicos que cuidaban de su salud.

Dotada con una curiosidad innata, aprendió sola a leer cuando tan solo tenía tres años. Una vez de vuelta al mundo real decidió convertirse en una especie de detective familiar, un hecho que marcaría su vida y el rumbo de su trayectoria profesional. Satir solía explicar, ya de adulta, que «no sabía exactamente qué estaba buscando, pero me di cuenta de que en las familias ocurrían muchas cosas imposibles de detectar a primera vista«.

Me di cuenta de que en las familias ocurrían muchas cosas imposibles de detectar a primera vista.

Sin embargo, no todo lo relativo a su vida familiar fue malo: su madre insistió en buscarle un futuro a Satir lejos de su granja en Wisconsin. Acabaron en Mikwaukee, donde Virginia pudo estudiar la secundaria bajo la sombra de los oscuros años 30. La Gran Depresión no se lo puso fácil, pero logró salir adelante mientras trabaja a media jornada, ejercía de niñera y trataba de terminar sus estudios lo más pronto posible. En cuanto terminó la secundaria, se matriculó en la Universidad de Milwaukee y para 1936 ya era profesora en una escuela pública.

Los comienzos de Virginia Satir en la terapia psicológica

Fue en la década de los 50 cuando Virginia Satir comenzó sus andanzas en la terapia. Desde el principio se interesó por la terapia familiar, que aborda los problemas relacionados con la psicología desde una perspectiva sistémica, es decir, como producto de las relaciones que se establecen con los otros y, en este caso, con la familia.

Pronto se unió al Instituto Psiquiátrico de Illinois, donde contagió a sus compañeros su interés por la familia, pero no tardó en desplazarse hasta California, donde a finales de los 50 cofundaría el Mental Research Institute, en Palo Alto, una institución que fue líder en terapia familiar durante mucho tiempo.

Su interés por la terapia familiar derivaba de algo que solía sucederle en terapia: los individuos que acudían a consulta parecían mejorar en sus sesiones, pero, al volver de haber pasado un tiempo con su familia, recaían de nuevo en sus problemas.

De esto, Virginia Satir intuyó que los problemas de sus pacientes influían también en la familia, al mismo tiempo que la familia influía en los problemas de sus pacientes. Es por eso que, al acudir a terapia de manera conjunta, resultaba más fácil solucionar los problemas individuales, pues se se solucionaban también los problemas relacionales que los habían causado.

Terapia familiar

La terapia familiar de Virginia Satir

Virginia Satir pensaba que un paciente nunca acudía a consulta para tratar el problema que realmente le mantenía estancado en el malestar. Preferían hablar de problemas superficiales. La presencia de la familia ayudaba a encontrar la raíz del problema, a través de las interacciones entre los miembros, y también a recopilar nuevas perspectivas sobre lo que ocurría.

A uno de sus libros más populares lo tituló, precisamente, «Terapia familiar paso a paso». En la sinopsis, Satir asegura que «la salvación del mundo se encuentra en la salvación de la familia». En este volumen, Satir buceó en los problemas que afectan a las familias para después enunciar el modo de solucionarlos a través de la comunicación.

La salvación del mundo se encuentra en la salvación de la familia.

«Los problemas no son el problema; afrontarlos es el problema», solía decir. Para ayudar a las familias a afrontar los problemas, Satir se basaba en cinco principios:

  • Metodología experiencial, entendida como la fórmula que hace a los pacientes aprender de sus experiencias pasadas. Virginia Satir consideraba de vital importancia que los miembros de las familias fuesen conscientes de los momentos importantes que habían pasado, porque era en esas vivencias donde solía encontrarse la base del problema.
  • Carácter sistémico: como ya hemos explicado, Satir entendía que los problemas personales surgían de la interacción con el resto de miembros de la familia.
  • Direccionalidad positiva: Consiste en contribuir a que los pacientes tengan una visión positiva del mundo que les rodea, para así poder sacarle el máximo partido a su persona. Su misión era que entendiesen cada experiencia como una ganancia positiva.
  • Focalización en el cambio, pues el objetivo de la terapia era lograr una transformación tanto a nivel personal como a nivel familiar.
  • Autocongruencia del terapeuta: solo una persona consciente de sí misma, que actúa en base a lo que necesita, será capaz de ayudar a sus pacientes a ser congruentes.

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El modelo de proceso de cambio de Virginia Satir

La trayectoria de Virginia Satir se entrelaza inevitablemente con la psicología humanista, de la que bebían sus teorías. Por eso no es de extrañar que Satir estuviese firmemente convencida de que todas y cada una de las personas toman parte, no solo en la construcción de su propia vida, sino también en la de los demás. De este modo, cada persona elige su camino, influido e influyendo en los demás. Y, en este camino que lleva hasta el propio destino, los cambios juegan un papel trascendental.

Con su modelo de proceso de cambio, Virginia Satir explicó las partes del proceso de cambio para así hacer entender a sus pacientes la manera en la que creaban su propia vida. Con ello, Satir pretendía lograr que los miembros de las familias se enfrentasen a los cambios siendo plenamente conscientes de las decisiones que tomaban.

Las etapas del proceso de cambio de Virginia Satir

  • Todo cambio surge de una situación de Status quo, que según la RAE es el «estado de las cosas en un determinado momento». Es decir, el status quo es la forma en la que vives antes de un cambio, un lugar en el que te sientes seguro y cómodo, una situación a la que te has acostumbrado.
  • Es entonces cuando llega un evento inesperado que, ya sea bueno o malo, cambia la manera en la que solías vivir, dejándolo todos patas arriba…
  • …y provocando el caos, que te hace sentir incómodo, inseguro, asustado y fuera de lugar. Las situaciones de caos suelen provocar mal humor y hasta problemas como estrés o insomnio. Ante el caos, muchas personas optan por hacer como si nada hubiera pasado y tratan de esconderlos. Sin embargo, no es un buen lugar para quedarse y, tarde o temprano, sentirás la necesidad de salir de allí. Lo lógico, entonces, es empezar a buscar la manera de salir de allí.
  • Volver al Status quo será, seguramente, el primer impulso que tengas cuando estés en medio del caos. Mejor malo conocido que bueno por conocer, ¿verdad? Es lógico, estabas a gusto allí, enfrascado en tu rutina. Sin embargo, ya no es un lugar tan seguro.
  • Por eso es común que llegue otro evento inesperado y entonces…
  • De nuevo el caos. Y Virginia Satir aseguraba que esta nueva etapa de caos acostumbraba a ser más difícil de sobrellevar que la anterior. Sin embargo, instaba a sus pacientes a tomar conciencia de lo que estaba pasando ¿Cómo habían llegado ahí? ¿Cómo podían llegar a salir? Solo tomando decisiones conscientemente podrían escapar.
Caos
  • Satir observó que, tras esta segunda etapa de caos, la gente solía volver a un estado similar al Status quo, sin importar que esa decisión ya les hubiese fallado antes.
  • Como es de esperar, entonces llega otro evento inesperado.
  • Y, en medio del caos, la gente comenzaba a darse cuenta de que ya no les parecía tan buena idea regresar al Status quo. Entonces, se decidían a emprender otro camino, uno mejor. Pero Virginia Satir solía recomendarles que no se apresurasen a tomar una decisión hasta tener, al menos, tres opciones. Solo entonces sería una decisión lo suficientemente reflexionada y consciente.
  • Es entonces cuando llega la idea de someterse a un cambio, ante la certeza de que el Status quo ya no es un lugar seguro.
  • Este cambio puede llevar a un pequeño caos que, gracias a lo aprendido durante las anteriores etapas de caos, serás capaz de resolver.
  • Entonces llegarás a un nuevo Status quo, mejor que el anterior.

Explicando este proceso, Virginia Satir intentaba que las personas fuesen conscientes de sus propias decisiones y trataba de hacerles entender que los humanos estamos en constante cambio. Las personas, constantemente, nos movemos bien hacia un proceso de conservación o bien hacia un proceso de progreso. Ninguna de estas direcciones es peor que la otra, siempre y cuando se tomen conscientemente.

Los objetivos del proceso de cambio de Virginia Satir eran:

  • Aumentar la autoestima de sus pacientes al lograr que fuesen conscientes de sus aptitudes y sus decisiones, en definitiva, del poder que tenían para decidir sobre su propia vida.
  • Alentar la toma de decisiones para que así se sintiesen libres y autosuficientes.
  • Promover la responsabilidad hacia uno mismo y hacia los demás mediante la toma de conciencia.
  • Ayudar a sus pacientes a ser congruentes con lo que deseaban, actuando en base a ello.

«La vida no es lo que se supone que debe ser. Es lo que es. La forma de lidiar con ella es lo que hace la diferencia», decía Virginia Satir, que no se conformó con ayudar a cientos de familias a afrontar los problemas y salir reforzados de ellos a lo largo de su carrera profesional. Ella murió a finales de la década de los 80, pero le legó al mundo sus descubrimientos y sus enseñanzas, que seguirían mejorando la calidad de vida de las personas mucho después de su muerte.

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Imagen de Lucía Lorenzo
Sobre Lucía Lorenzo Lucía Lorenzo es Graduada en Periodismo por la Universidad de Valladolid, donde descubrió su gran interés por los temas relacionados con la salud, especialmente con la salud mental, la gran olvidada en las enseñanzas universitarias. Entre sus inquietudes se encuentran el feminismo y los derechos LGBT. Ganadora de un premio de relato corto en el año 2013, disfruta escribiendo tanto noticias como ficción.
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