volver rutina vacacionesLos japoneses tienen una preciosa palabra “aware” que es la versión de nuestro “tempus fugit”. ES decir, la vida pasa rápidamente, no espera a nadie y nada es para siempre: el amor a veces termina, las amistades se van, los momentos felices pasan… y dicen que los tristes también. De alguna manera, aware nos dice que el tiempo es fugaz.

Las vacaciones se han acabado, toca dejar en el recuerdo las noches con los amigos, los baños con la familia, las siestas interminables, las caminatas… Toca poner el despertador y regresar a la rutina con las pilas cargadas.

Estrés en tu vuelta al trabajo, desorganización con los hijos, falta de horas de nuevo ¡horror! tus pilas se han descargado de una vez…

¿Son útiles las vacaciones para cargar las pilas?

No exactamente… Según un estudio de la Universidad de Rabdoud realizado con una amplia muestra de trabajadores, tanto antes como después de las vacaciones, demostró que el descanso físico y mental mejoró el bienestar de los participantes dado que habían vuelto renovados pero no recargados de sus vacaciones.

Sin embargo, al cabo de dos semanas estos efectos han desaparecido casi por completo porque los recuerdos empiezan a alejarse en la mente.

¿Es mejor ir o no ir de vacaciones?

Tras un año de trabajo, nuestro estrés está en sus niveles más elevados. Por eso, conviene “desconectar” ya que el hecho de tener tiempo libre nos activa y contrarresta el estrés. Este es un proceso de recuperación que, habitualmente, mencionamos como “recargar las pilas”.

Por otra parte, sirve para tomar perspectiva de los problemas que nos afectano y que con la presión de la rutina se nos antojan de difícil o casi imposible solución.

Apagar el ordenador y el móvil nos permite ver el mismo problema desde diferentes puntos de vista, aumentan las ideas y la eficacia y, a la vuelta, mejora nuestro rendimiento laboral.

Si estás agotando los últimos días antes de la vuelta al trabajo, es importante realizar una pequeña lista con objetivos a corto plazos, claramente delimitados, realistas y alcanzables.

Si ponemos unas expectativas excesivamente altas no conseguiremos llegar a los objetivos propuestos, nos desmotivamos y nos frustramos.

Consejos para recargar las pilas

A estas alturas, recién llegados de vacaciones, sólo ves que se ha terminado “lo bueno” pero, quizás debes enfocar más en positivo. En primer lugar, si has vuelto de vacaciones es porque has tenido la inmensa suerte de ir de vacaciones.

Así, según las cifras del barómetro del CIS de Junio; el 20’7% de los españoles se ha quedado en casa, un 41’8% ha hecho algún viaje.

Por tanto, a partir de aquí, estas pueden ser algunas pautas que te resultarían útiles:

  • Objetivos y metas. Para aumentar tu motivación, tu tolerancia a la frustración y tu rendimiento, es importante que vuelvas al trabajo – pero, también al colegio o al instituto o a la universidad – con unos objetivas y unas metas claras, precisas, reales, y fácilmente alcanzables.
  • Recupera tus hábitos. Aterriza en casa algunos días antes de volver a la rutina para re-adaptarte a tu propio entorno y recuperar tus hábitos de dieta sana y equilibrada, ejercicio diario, pautas adecuadas de sueño de entre 6-8 horas. Recuerda entrenar a diario tu mente a través de la lectura o cualquier juego de concentración.
  • Organización. No pretendas llegar y el primer día revisar todos los mails, whatsapp, poner en orden los asuntos pendientes y empezar a trabajar… Prioriza tus tareas por orden de importancia. Si aún no lo has hecho, merece la pena que comiences a usar un gestor de tareas digital para estructurar proyectos y tiempos de ejecución. Asana o Trello te harán la vida más fácil.
  • Comunícate. No te quedes aislado pensando lo precioso que ha sido… o la catástrofe que ha sido… Haya sido como haya sido tu verano ya estás de vuelta, y deberías hablar, antes que nada, con tu jefe. Piensa que igual estás marcando asuntos prioritarios y hay algún otro, mucho más urgente, que ha ocurrido en tu ausencia y del que todavía no estás informado. Piensa que no hay nada que ponga más nerviosa a las personas que esperar una respuesta que parece no llegar nunca. Un simple mail con un par de frases en que recuerdes que estás en dicha tarea y, el tiempo aproximado que necesitas para hacer tu trabajo, calmará tanto a ellos como a ti.
  • Actitud positiva. No te sirven de nada los pensamientos catastróficos, que distorsionan tu realidad y la hacen ver como más dura o más difícil de lo que es en realidad. Una actitud positiva te va a ayudar mucho. Eres una persona afortunada, tienes trabajo, has tenido vacaciones, puedes recordar los maravillosos momentos vividos y, a tu vuelta, tienes nuevos retos ante ti. Piensa que es mucho más de lo que pueden decir muchísimas personas, ponlo en valor.
  • Un ratito de ocio. Te has acostumbrado a ello en verano y merece la pena estirarlo. Que si tomar algo con los amigos, una cenita con tu pareja, pasear cerca del mar para relajarte, o, incluso, nada de eso, simplemente, quedarse en casa, estar relajado haciendo lo que te gusta. Aunque sea a menor escala, ya sabes, al día siguiente hay que trabajar, los niños tienen que ir pronto a la cama para acostumbrarse para el nuevo curso que ya está tocando a la puerta…
  • Música. La música tiene un efecto terapéutico sobre nuestra mente y nuestro cuerpo. Motiva, aumenta el rendimiento y acompaña en el momento de llevar a cabo tareas que suelen dar más pereza.

Los beneficios de las vacaciones son temporales. La vida pasa rápidamente y no espera a nadie así que, como dicen los japoneses, «aware”. Disfruta del momento porque el tiempo… seguro que no vuelve.